La inflación acumulada durante los primeros seis meses de este año, registró una variación de 176 %, de acuerdo con la medición que realiza la Asamblea Nacional, donde asegura que la presión sobre los precios de los bienes y servicios, es producto de la devaluación del bolívar.
En efecto, según el informe del Índice Nacional de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional (INPCAN), la inflación de junio alcanzó 21,4 por ciento; también impulsada por la impresión de dinero por parte del instituto emisor con el fin de financiar al Gobierno en unas próximas elecciones.
-Esta aceleración de la tasa mensual se debe a la devaluación del tipo de cambio oficial y del mercado negro, así como al financiamiento monetario del BCV al Ejecutivo para asumir el gasto de cara a la campaña por la Asamblea Nacional Constituyente, aseguró el diputado opositor Ángel Alvarado.
El parlamentario hacía referencia a la elección de los redactores de la nueva carta magna impulsada por el Presidente Nicolás Maduro, instrumento que en estos momentos tiene el rechazo del 80 % de la población venezolana, que está consciente que no resolverá los graves problemas que enfrenta la población venezolana en estos momentos.
Se recuerda que para finales de mayo, el BCV estrenó un nuevo sistema cambiario conocido como Dicom, donde el dólar se vende a cerca de 2.640 bolívares, lo que representa una devaluación de un 73 por ciento de la moneda con respecto a la tasa en la que se vendían los billetes verdes a 727 Bs/$ en un sistema similar anterior .
En virtud de que el BCV no divulga cifras de inflación, escasez y resultados de la economía desde el 2014, violentando lo establecido en la normativa legal vigente, la Asamblea Nacional con José Guerra a la cabeza, quien es presidente de la Comisión Permanente de Economía y Finanzas del Parlamento, además ex Director de Estudios Económicos del BCV, decidió en base a su experticia, realizar un Índice de Precios de la AN
El año pasado, el ente emisor dijo que la inflación fue de 247,4 por ciento; según lo que reportó al Fondo Monetario Internacional (FMI), la segunda inflación más alta del mundo, después de Sudán del Sur, un país en guerra.