El príncipe Enrique dijo en entrevista a Newsweek que los funerales de su madre Diana, cuyo féretro siguió durante media hora bajo la mirada de la muchedumbre, a los 12 años de edad, fueron un trauma para él.
«Mi madre acababa de morir y yo tuve que caminar un largo trecho tras su ataúd, rodeado por miles de personas que me miraban, al mismo tiempo que millones lo veían por televisión», dijo Enrique, de 32 años, en entrevista publicada el miércoles.
«No creo que se deba pedir a un niño hacer eso, sean cuales sean las circunstancias. No creo que lo mismo podría suceder en la actualidad», agregó.
La princesa Diana murió el 31 de agosto de 1997 en un accidente vial en París. Organizados en Londres días después, sus funerales fueron vistos por 3.000 millones de personas por televisión.
Enrique y su hermano Guillermo, entonces de 15 años, caminaron cabizbajos y serios en silencio durante media hora en el barrio real de la capital para acompañar a su madre fallecida hasta la abadía de Westminster.
En entrevista al Telegraph en abril, Enrique reconoció que cruzó un periodo de «caos total» luego de la pérdida de su madre. Solo a la edad de 28 años se decidió a buscar ayuda de los especialistas.
«Después de un tiempo, saqué la cabeza de la arena, comencé a escuchar a la gente a mi alrededor y decidí utilizar mi posición para hacer cosas buenas», dijo al Newsweek.
Respecto a la vida cotidiana de un príncipe, Enrique indicó que la gente se «sorprendería» de ver como él y Guillermo llevan una «vida normal».
«Incluso si yo fuera rey, iría a hacer las compras», dijo, aunque reconoció que se debe conservar el velo de misterio que rodea a la familia real. «No hay que quitarle magia», dijo. «Los británicos y el mundo necesitan instituciones como esta».