La perspectiva es opuesta a años anteriores.. Anteriormente un hotel en Margarita preparaba sus 200 y hasta 800 habitaciones para recibir a los temporadistas de agosto y septiembre. No obstante, para la próxima temporada vacacional, sólo se preparan con una porción de su infraestructura.
Esto es así porque la demanda del servicio ha disminuido significativamente.
En 2016 la caída fue del 50%, con respecto a la temporada de vacaciones escolares de 2015 y se estima que en 2017 la cifra sea hasta 10% menor al año anterior.
Así lo explicó José Yapur, presidente del Consejo Nacional del Turismo (Conseturismo), quien subrayó que la crisis que atraviesa el sector, la cual se intensificará en los próximos meses a pesar de ser los de mayor tráfico turístico, se debe a la pérdida del poder adquisitivo del venezolano.
El sector avizora una caída leve para la venidera temporada vacacional, basado en el comportamiento de alza inflacionaria presente en la economía, que se estima sea de una variación intermensual entre 10% y 15%.
Al consultar si la situación de conflictividad actual tendrían consecuencias en el flujo de visitantes, indicó que si bien esta puede ser una variante importante, la verdadera razón por la que ha habido una constante caída en sus números es la pérdida del poder adquisitivo del venezolano, que a la fecha, para un viaje de cuatro noches, de un grupo familiar de cuatro miembros, debe disponer entre Bs. 600.000 y Bs. 800.000.
-No todos los ciudadanos tienen ese dinero y muchos, si lo llegan a tener, tienen miedo de gastarlo por la misma zozobra que atraviesa el país. En momentos de incertidumbre cuidan cada centavo y tienen otras prioridades… La situación económica en el país es muy álgida y todos los gastos se incrementan.
Si se estima que siguen sin aplicarse los correctivos necesarios a la economía, un viaje de iguales magnitudes podría estimarse en más de Bs. 1.000.000 en los próximos meses.
Es de destacar que el sector ha promocionado paquetes especiales y aunque estos resulten atractivo, no son accesibles para muchos.
Calificó como razonable el cuestionamiento de los venezolanos de abstenerse a hacer este tipo de gastos, debido a la atmósfera de incertidumbre y crisis económica que atraviesa Venezuela. No obstante, lamentó que esto represente el deterioro gradual del sector.
Si bien los grandes servidores turísticos pueden aplicar maniobras, como laborar a una porción de su capacidad operativa y colocar en mantenimiento las áreas fuera de uso, no es así para los pequeños servidores. Lamentó que las posadas, por ejemplo, sean las más susceptibles a cierre.
El sector aún confía en las reservaciones de última hora.
Esperan reservaciones
Tradicionalmente las reservaciones para temporada larga vacacional iniciaban a medidos de mayo. La primera quincena de junio, la porción de estas era óptima y les permitía proyectar un buen año.
En 2016 el movimiento de reservaciones inició a mediados de junio, por lo que esperan que el movimiento arranque en los próximos días.
Aunque las reservaciones de vuelos aún no se han abierto, Yapur comenta que si bien el primero trimestre de 2017 fue de tendencia hacia la mejora, en comparación con los últimos dos trimestres de 2016, la caída se acentuó luego de Semana Santa, por lo cual no les sorprende que la merma se mantenga, quizás en un sentido leve.
Reiteró que el causante de este comportamiento es la caída del poder adquisitivo del venezolano, ya que los hoteles siguen atendiendo peticiones de presupuestos, lo que demuestra el interés por el producto. No obstante, las operaciones no se concretan.