La mayor parte de las responsabilidades en las frecuentes suspensiones en el suministro de agua potable a las comunidades por parte de Hidrolara se deben a los constantes apagones, así como a las acciones vandálicas contra sus instalaciones.
Así lo afirmaron los ingenieros Francis Caldera, Julio Tersek y Fredy Rodríguez, gerentes de Palavecino, Producción y Comercial, respectivamente, de la hidrológica regional.
Tersek se refirió a las pérdidas dejadas por delincuentes que desde hace algún tiempo vienen irrumpiendo en los campos de pozos o estaciones de rebombeo para robar o destrozar transformadores, cables u otras instalaciones necesarias para el funcionamiento del sistema.
Esas acciones delictivas se cometen especialmente en los sistemas de El Carabalí, Agua Viva, El Manzano, Pavia o El Coriano y en el pozo 9B, en la zona del Kilovatico, donde este año han incursionado varias veces, a pesar de las medidas de seguridad establecidas, dejando millonarias pérdidas materiales.
El gerente de Operaciones de Hidrolara puso como ejemplo que un banco de transformadores de 100 kva tienen un valor superior a los 70 millones de bolívares pues consta de 3 de esos equipos y cada uno cuesta 14 millones, además de cables, pararayos y otros implementos, con el agravante de que no se consiguen en el país, por lo que deben ser reparados, cuando exista esa posibilidad luego de los daños que sufran.
Tersek, al referirse a los apagones, refirió que en el 2017 las instalaciones de Hidrolara se han quedado más de 2.000 horas sin electricidad, lo que, automáticamente, suspende el bombeo de agua y para restaurarlo se requiere cierto tiempo.
La ingeniero Francis Caldera se refirió a la suspensión del suministro de agua en Palavecino, explicando que se debió a una falla en una válvula de 16 pulgadas en la estación de rebombeo de El Recreo, la cual está siendo reparado, esperándose la normalización del servicio para el fin de semana.
También dejó ver la posibilidad de ajustes en los recibos, tomando en cuenta los días que no se reciba el líquido vital.
El ingeniero Rodríguez, por su parte, calificó de grave lo que está ocurriendo con los robos de medidores al punto de que este año, sólo en Palavecino e Iribarren han sido sustraidos 1.500 de esos equipos, la mayor parte en Cabudare.
Igualmente dijo que continúan los robos de cableados, utilizados por los delincuentes para vender, junto a algunas partes de los medidores, como chatarra, para utilizar su aleación de bronce o cobre.
La proliferación de este tipo de fechoría ha obligado a las familias a adoptar algunos sistemas de protección con el fin de impedir o al menos dificultar su hurto.
Los tres funcionarios de Hidrolara coincidieron en un llamado a los suscriptores a tener paciencia cuando el servicio es suspendido pues se debe a motivos ajenos a la empresa y cuando ocurre se trabaja de inmediasto en la normalización del mismo.