Quienes a diario se desplazan por calles o avenidas de Cabudare y otras poblaciones del municipio Palavecino deben hacerlo armados de paciencia ante la gran cantidad de baches, huecos o zanjas existentes en algunas de ellas.
Agradecen que, al fin, después de mucho tiempo, están terminando de reacondicionar la prolongación de la avenida Libertador, cercano a La Mendera, que se encontraba completamente destrozada.
Pero piensan que lo mismo deben hacer en otros tramos viales donde lo que originalmente eran pequeños huecos se han convertido en verdaderos cráteres o zanjas que impiden el normal desplazamiento automotor.
Una de esas es la calle 9, en la parte alta de Cabudare, entre la urbanización Chucho Briceño y la avenida La Mata, por donde a diario pasan unidades de varias rutas del transporte urbano, además de las particulares.
Milagrosamente no han ocurrido allí accidentes automovilísticos de consideración porque los conductores deben convertirse en malabaristas para no caer en las hondonadas allí existentes.
En otros lugares, como la urbanización Las Mercedes, exactamente debajo del semáforo, Hidrolara abrió un hueco y no lo tapó, el cual crece cada día debido al intenso tráfico que por ese sector se desplaza.
La misma situación se presenta en la urbanización Chucho Briceño y en otros sectores del norte de Cabudare, así como en Los Rastrojos, La Piedad y Agua Viva, donde imploran por bacheos.