#opinión: Reelección e incertidumbre. por: Joel Rodríguez Ramos

Una de las peores decisiones tomadas durante la Asamblea Constituyente de 1999, lo he dicho y escrito innumerables veces, fue haber aprobado la reelección inmediata del Presidente de la República. En esa ocasión, sin embargo, se aprobó la reelección “por una sola vez” (véase el Artículo 230 del Texto Fundamental). Ya era malo “por una sola vez”, pero había un límite y la alternancia era posible en relativo corto plazo. El propio Presidente de la república se empeñó en ampliar la posibilidad de reelegirse y propuso que fueraen forma inmediata, indefinida o continua como lo llamó la inefable señora Cilia Flores, actual Procuradora General de la República. El pueblo venezolano en decisión histórica y valiente, negó el 2 de diciembre de 2007, aquella posibilidad.Ante esa derrota, el señor Chávez se tornó en un energúmeno. Recordemos, pero no los repitamos,los calificativos que empleó.
Violentando esa decisión de la voluntad popular y el propio texto constitucional que señala en su Artículo 345 que “la iniciativa de Reforma Constitucional que no sea aprobada, no podrá presentarse de nuevo en un mismo período constitucional a la Asamblea Nacional”, el Presidente de la República insistió con unproyecto de Enmienda Constitucional, como si el solo cambio de nombre (Enmienda por Reforma)permitía constitucionalmente volver a presentar en el mismo período constitucional, lo que ya el pueblo había negado a través de referendo. Los Poderes Públicos, secuestrados y al servicio del régimen, nada dijeron acerca de esta violación constitucional, mejor dicho, sí dijo algo la no menos inefable señora Luisa Estela Morales, presidenta del TSJ, quien en una declaración ante los medios de comunicación social, como si esa fuera la manera idónea para que el TSJ se pronuncie, señaló que una enmienda era un mecanismo previsto en la Constitución Nacional y que no había ningún inconveniente que el Presidente propusiera la enmienda que él quisiera. Es verdad, la enmienda es un mecanismo previsto en la Carta Magna, el problema era que aquella enmienda no era constitucionalmente viable porque su contenido ya había sido negado y había que esperar al nuevo período constitucional.No hubo manera de que entendieran y el Presidente y sus seguidores, pusieron al pueblo a contradecirse en febrero de 2009. Se aprobó la enmienda que permite al Presidente de la República reelegirse indefinidamente. Qué irresponsabilidad la de los partidarios del régimen.
Hoy estamos sufriendo las consecuencias de aquella irresponsabilidad. El Presidente ha sido reelegido para un nuevo período de seis años, está físicamente desgastado, su salud está deteriorada y es una incertidumbre si pueda afrontar las serias responsabilidades del poder por seis años más. Un presidente que lleva catorce años en el poder, que está enfermo y no de cualquier cosa, sino de cáncer, lo sano, lo sensato, lo responsable para con el país, era que se hubiera retirado. Sin embargo Chávez ganó y si por alguna circunstancia, muy probable, se produjera su falta absoluta, antes o después de enero de 2013, de acuerdo con el Artículo 233 constitucional, habría que convocar a una nueva elección universal y directa. El país se sometería de nuevo a la incertidumbre de una nueva elección presidencial en plazo muy cercano a la recién concluida y en circunstancias más dramáticas. El primer paso que debería darse cuando algún día ya no tengamos al régimen chavista, es eliminar la reelección presidencial en forma absoluta. Me gusta la tesis de que quien haya sido presidente, no pueda volverlo a ser nunca más. La alternabilidad es un gran logro de la moderna doctrina constitucional y de los textos constitucionales aprobados en las grandes democracias del mundo. No me cansaré de decirlo.