A una madre que regresaba del trabajo la alcanzó una bala, cerca de la clavícula, cuando pasaba cerca de la escuela granja ubicada en la vía de El Cují-Tamaca, al norte de Barquisimeto, donde se desarrollaba una manifestación, ayer en la tarde. Aunque fue auxiliada inmediatamente por un desconocido que caminaba por el mismo sitio, ingresó sin signos vitales a la emergencia del Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp).
María Estefanía Rodríguez, de 46 años de edad, se encaminaba hacia su casa, en el sector Andrés Bello de El Cují, en torno a las 06:30 de la tarde, después de haber cumplido su jornada laboral como camarera en un hotel del oeste de la ciudad. Atravesaba a pie la avenida junto a un grupo de pasajeros de la unidad de transporte público que los dejó antes de la Escuela de Policía General Juan Jacinto Lara (Escupol-Lara) porque el resto de la vía estaba cerrada por la protesta. De imprevisto, se escucharon detonaciones y la gente corrió despavorida. Unos eligieron ocultarse entre el monte que crece en los bordes de esa arteria vial y otros buscaron seguir hacia el frente para perderse entre las calles. Rodríguez fue de las que vio mejor opción acostarse en suelo entre la maleza, pero antes de hacerlo un proyectil le segó la vida.
Un hombre que la vio desplomarse malherida la cargó, buscó un carro y la llevó a la emergencia del hospital central. La médica que la recibió notificó, minutos después, a los parientes que el cuerpo de la mujer ya no respondía a los estímulos.
Cuando hirieron a Rodríguez todo era confusión, pues había numerosos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que habían llegado al sitio distribuidos en por lo menos dos camiones con intenciones de dispersar la manifestación. Perseguían a todo civil que pasaba por la zona y por eso muchos comenzaron a correr. Más temprano, al parecer, también estuvieron efectivos de la policía estadal, pero se marcharon antes de que comenzara la represión.
Así resumió los hechos a la familia de Rodríguez el hombre que la socorrió. “¿Quién iba a pensar que esto iba a pasar, si ella venía de trabajar?”, se preguntó llorando la hermana de la víctima, Yuseli Rodríguez, anoche, cuando hacía los trámites para la entrega del cuerpo acompañada de otros parientes, en la morgue.
“Tengo que ver cuando caiga este Gobierno”, citó Yuseli Rodríguez las palabras dichas alguna vez por su hermana. Pese esos deseos de cambio en el país, aclararon los familiares, nunca había participado en manifestaciones. Ella solo se dedicaba a trabajar para sus tres hijos, halagó la hermana entristecida. Era viuda. Deja huérfanos a dos adultos y una adolescente.
El Ministerio Público comisionó a la fiscal 1 de Lara la investigación de este caso, el cual equivale a la octava muerte en el contexto de protestas en la región larense.