Mientras el ministro de Agricultura Productiva, Wilmer Castro Soteldo, anunciaba el pasado domingo que el estado Portuguesa, había recibido el 100 % de los insumos para la siembra de invierno, la dirigencia de Fedeagro asegura que apenas han recibido entre 25 y 30 % de las necesidades se semillas, fertilizantes y agroquímicos.
En efecto, la semana pasada los agricultores afiliados a Fedeagro, encabezados por su presidente Aquiles Hopkins, se reunieron en asamblea extraordinaria en esta entidad federal y tras hacer una evaluación y monitoreo de la situación existente, acordaron declararse en emergencia agroalimentaria, declarando a los medios que está a punto de perderse el “ciclo de oro” de la agricucultura nacional, como es el de invierno, porque aún cuando existe la mejor voluntad por parte de los productores, nada pueden hacer sin los insumos.
Fedeagro señaló que en noviembre de 2016 se entregó al MAT la proyecciones de siembre de 529.000 hectáreas de maíz, para que se tomaran las previsiones, pero en estos momentos cuando ya debían haberse sembrado el 80 % de esta área en los estados Portuguesa, Barinas, Cojedes, Lara y Yaracuy, apenas si se les ha permitido comprar el 30 % de los insumos al único proveedor que es Agropatria.
Resulta por lo tanto incongruente, que el ministro Castro Soteldo asegure que el lote de semillas que faltaba, llegó la semana pasada a Portuguesa y que se sembrarán 380.000 hectáreas de maíz y 120.000 hectáreas de arroz que se habían planificado.
Aún cuando el ministro acusa a un “pequeño grupo de Fedeagro” de pretender crear una matriz de opinión en torno a que sus requerimientos no han sido atendidos, este lunes el primer vicepresidente de Fedeagro, Celso Fantinel, ratificó en todas sus partes los requerimientos de la asamblea realizada en Portuguesa la semana pasada en torno a la carencia de insumos para la siembra, lo que pone en evidencia que no puede haber cambiado este escenario de escasez de insumos, en apenas 4 días, tomando en consideración que el Estado no dispone de divisas para realizar las importaciones, tal como lo hacía antes que cayeran los precios del petróleo.