El mayor temor: perder a Venezuela. No pueden ser nombrados y sus rostros no pueden fotografiarse. Solo sus ojos están descubiertos. Desde hace 58 días reciben bendiciones en las calles antes de enfrentarse a la lluvia de perdigones y bombas que dispara la Guardia Nacional Bolivariana. Dicen no tener la culpa de lo que en la actualidad ocurre en el país, pero ello no les quita compromiso para dejar el alma en cada protesta. Son los escuderos. Jóvenes que no sobrepasan en su mayoría, los 25 años.
El delito: protestar. Lo que en cualquier país democrático se ejerce y se respeta, en Venezuela se condena. “Los ciudadanos tienen derecho a manifestar, pacíficamente y sin armas. Se prohíbe el uso de armas de fuego y sustancias tóxicas en el control de dichas actividades”, reza el artículo 68 de la Constitución. Entonces es justo preguntar ¿qué impactó al estudiante Juan Pablo Pernalete o qué le ocasionó la muerte a Manuel Sosa? Las respuestas rápidamente dejan al descubierto la actuación de los efectivos de la Policía y Guardia Nacional.
Al inicio de esta nueva jornada, considerada como una gesta histórica, solo los equipos de prensa iban preparados con máscaras, chalecos y cascos. Mientras que los muchachos con manos alzadas comenzaban a hacer frente a lo que ha significado la lucha por la restitución del orden democrático. Casi ninguno estaba protegido y aún así, la irreverencia y la valentía que los caracteriza los hacía continuar.
“Esta lucha es de todos. Nuestro corazón quiere pelear por la libertad de Venezuela pero los guardias nos quieren matar, nos quieren erradicar”, respondía un joven al consultarle sobre su participación en las protestas. “No temo nunca. Tampoco temo a ser detenido”, insistió.
Ante el aumento de la represión surgió la creatividad. Antenas de televisión por cable, madera, acrílicos y pedazos de metales son ahora los nuevos escudos que resisten bombas, metras y perdigones.
“No más dictadura; no somos terroristas; el honor es mi divisa; la Constitución es mi escudo; libertad; queremos medicinas”, son algunos de los mensajes que reposan en estos escudos y que la GNB lee mientras dispara a la altura del pecho.
Otros deciden pintar imágenes religiosas, símbolos de paz o la bandera de Venezuela.
Por ellos hay futuro
En cada movilización, la sociedad los aplaude, les da la bendición y los besa. Los cataloga de héroes e incluso, de nuevos libertadores. Son reconocidos como los protagonistas de esta historia que ha dejado tristeza, dolor e indignación.
“Son los que se están arriesgando y no tienen la culpa de que Chávez y Maduro hayan llegado al poder. Me da dolor ver cómo los están matando. Los adultos tenemos que apoyarlos. Ellos son los libertadores de Venezuela, lo que hemos logrado ha sido por ellos, por su valentía. Tenemos esperanza porque son el futuro y así lo han demostrado”, dijo una madre a EL IMPULSO.
Estos jóvenes no solo han dado rienda suelta a su gallardía, también han aprendido a organizarse y a prestar el apoyo cuando uno de ellos o un político resulta herido. Protegen a quienes están imposibilitados de caminar. ¿Así actúan los terroristas, como han sido calificados por el Presidente de la República?
“Terroristas y narcotraficantes son los que gobiernan, y la PNB y la GNB son unos traidores a la patria porque han decidido atacar sin clemencia a unos chamos que solo tienen piedras en sus manos. Cómo es posible que saquen tantas tanquetas y disparen con saña contra un pueblo que pide elecciones y democracia. No es justo”, indicó una abuela que asegura acompañarlos en cada convocatoria.
Queremos darle orden a la defensa
En aras de garantizar la vida de “la resistencia”, surge Escudos Vs Bombas, una red que se ha encargado de donar estas herramientas de protección en el Área Metropolitana de Caracas y que espera expandirse en varias entidades de la República.
Al igual que los jóvenes deben mantenerse “bajo perfil” por cuestiones de seguridad. El equipo de EL IMPULSO logró conversar con estas personas, quienes aseguraron que el proyecto persigue proteger a miles de venezolanos y así avanzar en la lucha que supone el cambio de gobierno por vías democráticas.
La prueba piloto fue realizada el 10 de mayo cuando entregaron 50 escudos; al notar una respuesta agradable por parte de los manifestantes, decidieron continuar con la iniciativa y donar 300 más en la siguiente movilización. Sin embargo, la reciente detención de un miembro de la red ha causado retrasos en el trabajo que han llevado a cabo.
“El día de Escudos Vs Bombas está lleno de estrés, ya que los escudos a diferencia de los cascos son bastante grandes, en cantidades son pesados y difíciles de transportar. Nos lleva mucho tiempo que la entrega sea perfecta y segura para los manifestantes. No estamos hablando de 15 son cientos. Con la entrega de 300 a 5 kg por escudo, llevamos 1.5 toneladas de material. Por eso es importante tener una logística muy precisa”, explicaron.
El diseño principal de los escudos es la portada de la Constitución, la cual representa para ellos el marco legal que teóricamente rige a Venezuela, porque en la realidad es violentada por el “régimen” de Maduro. “Ese es nuestro primer escudo, la Constitución”.
Sobre el material, ahondaron que se trata de un laminado con un proceso inoxidable de primer grado, es decir, que tras múltiples golpes y raspones comienza a estropearse. Advirtieron que la idea no es que la pieza se doble, sino que resista el mayor tiempo posible para que mantenga a salvo al manifestante.
“Queremos evitar heridas en las piernas y otras extremidades. Los diseñamos para cubrir a una persona entera. De hecho hace poco un manifestante nos escribió para agradecernos, porque el escudo había terminado golpeado por el impacto de bombas y perdigones pero él no había sufrido ninguna lesión. Precisamente ese es el objetivo”, indicaron.
¿Cómo ayudar? Por los momentos no aceptan donación en bolívares por seguridad pero sí tienen una campaña en gofoundme.com para que los venezolanos que se encuentran en el extranjero hagan su aporte en dólares y también sientan que son parte de esta lucha.
“Nos dimos cuenta que los venezolanos que están afuera se mostraban dispuestos a dar el granito de arena que no podían ofrecer en su tierra y simplemente unimos una necesidad con la capacidad de ayuda. Eso nos da coordinación y un respaldo nunca antes visto en Venezuela. Unos donan comida, otros medicinas, unos cascos, otros escudos. Sabíamos que la estrategia era ser lo más transparentes y eficientes posibles para poder lograrlo”, puntualizaron.
Actualmente, Escudos y Chalecos Vs Bombas mantienen una alianza con el objetivo de incorporar en su entrega, máscaras y guantes; este último se encarga de importar la indumentaria.
Igualmente, otras organizaciones anónimas se han encargado de confeccionar chalecos antibalas utilizando el metal como protección.
Por su parte, Cascos Vs Bombas ha podido recaudar más de mil cascos e identificarlos con la bandera nacional; al igual que en las demás iniciativas, esperan llegar a otros estados para cubrir la mayor demanda posible.
Estas vivencias dan fe de que en Venezuela, tras 58 días de protesta, lo que reina es la solidaridad y la hermandad por encima de las carestías. En estos momentos, los héroes de la resistencia no podrían avanzar en las calles sin el aporte de los “héroes de apoyo”, quienes se han arriesgado y comprometido por la libertad de todos los venezolanos.
