El liceo Simón Castejón, en Guarico, tiene más de 40 años de existencia. Durante este tiempo, ha graduado 35 promociones de bachilleres, muchos de ellos con las instrucciones suficientes para continuar sus estudios en universidades.
Pero en la actualidad la estructura física que le alberga se encuentra prácticamente en ruinas, impidiendo a los docentes, todos con una gran vocación, cumplir a cabalidad con su misión de enseñar en condiciones aceptables.
Desde el exterior del viejo edificio se pueden constatar a simple vista las deficiencias que presenta pues aún conserva sus techos de asbesto cuyas láminas, además de haberse comprobado posee elementos contaminantes, no brinda ninguna protección a causa de la gran cantidad de huecos que se han venido formando, por el tiempo y por acciones vandálicas.
“Aquí cuando está lloviendo cae más agua adentro que afuera”, señaló un alumno mientras mostraba uno de los boquetes por el que ingresaban claramente los rayos del sol.
La profesora Esperanza Fernández, subdirectora administrativa, informó que la matrícula actual es de 1.050 alumnos, no sólo de Guarico sino también de caseríos de la parroquia, como La Loma, El Alto, La Primavera y hasta de Villanueva.
Dijo que se cuenta con 15 salones de clases en regulares condiciones, cuatro de ellas inservibles pues carece de mesas-sillas, suficiente alumbrado y cuando llueve se inundan por completo por lo cual sólo se podrían dictar clases en zancos.
Con respecto a las mesas-sillas, el déficit es de más de 500 y algunas de las que se utilizan actualmente están deterioradas.
“Y el sistema eléctrico está colapsado por su antigüedad, provocando graves fallas que han quemado equipos, entre ellos computadoras, además no funcionan normalmente”, dijo por su parte Rosario González, otra docente.
Manifestó que cuando se presenta una emergencia por el sistema eléctrico se cansan de llamar a Corpoelec, pero como nunca envían a nadie a resolver el problema deben recurrir a vecinos con cono-cimientos de electricidad para que reparen provisionalmente la avería.
“Aquí ocurre algo curioso y es que los jóvenes egresan como bachilleres en ciencias pero nunca realizan prácticas en laboratorio pues el existente en el liceo Simón Castejón nunca ha funcionado”, acotó la profesora Fernández.
Tampoco funcionan la cocina y el comedor, a pesar de contar con el salón para ese servicio pues nunca ha sido dotado de los equipos necesarios.
“No tenemos cocina para los alimentos y tampoco ollas, sartenes, lencería completa y sin eso no se puede hacer nada”, dijo González.
También hay problemas con los baños pues hasta hace poco todos estaban inutilizados y apenas pudieron ser recuperados parcialmente los de las hembras pues los de varones dan vergüenza y constituyen focos contaminantes en alto grado.
A nivel de educación física el liceo Simón Castejón igualmente se encuentra en la carraplana pues de las dos canchas iniciales solamente puede ser utilizada, a medias, ya que la otra tiene en el suelo los tableros para el baloncesto y ninguna ha sido techada nunca.
La nueva sede
Las profesoras Esperanza Fernández y Rosario González coinciden al plantear que la actual estructura sea recuperada plenamente pues el proyecto de construir una nueva en otro sitio demoraría mucho tiempo y creen que sería más problemático.
Aspiran a que funcionarios de FEDE les visiten y decidan actuar de inmediato para que no siga destruyéndose la institución.
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Fotos: Luis Salazar
