Los siete países más ricos del planeta (G7), reunidos en la ciudad italiana de Taormina (isla de Sicilia), reclamaron este sábado «esfuerzos coordinados a nivel nacional e internacional» para la gestión del flujo migratorio, al tiempo que defendieron «el derecho soberano a controlar» las fronteras.
«Mientras defendemos los Derechos Humanos de todos los inmigrantes y refugiados, reafirmamos los derechos soberanos de los Estados, individuales o colectivos, para controlar sus propias fronteras en su interés y seguridad nacional», según el comunicado final de la reunión.
El G7 señaló que el flujo de inmigrantes y refugiados «a gran escala» es una tendencia mundial, una mención querida por Italia, que ha defendido que esta cuestión no es algo local.
«La gestión y el control de los flujos migratorios requiere un enfoque de emergencia y a largo plazo» pero, subraya el Grupo, respetando «la distinción» entre refugiado e inmigrante.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, dijo en rueda de prensa que la cuestión africana «ha captado el interés de todos los líderes, a partir del propio Trump». Y consideró que la mención al tema migratorio «reconoce el valor fundamental de la acogida humanitaria».
Sanciones a Rusia
advirtieron este sábado que están dispuestos a aumentar las sanciones contra Rusia a causa de su anexión de la península de Crimea si es necesario.
«Recordamos que la duración de las sanciones está claramente vinculada a la implementación completa por parte de Rusia de sus compromisos (…) y el respeto de la soberanía de Ucrania. Las sanciones podrán ser levantadas cuando Rusia cumpla sus compromisos», explicó el comunicado de la cumbre de Taormina (Italia).
Sin embargo, «las sanciones pueden ser levantadas si Rusia cumple con sus compromisos», dice el comunicado del G7.
«Pero también estamos dispuestos a tomar medidas suplementarias para aumentar las sanciones si es necesario», agregó el texto.