Nuevamente los comercios, así como las casas de familia en el municipio Palavecino, están sufriendo las consecuencias de los apagones o fallas imprevistas en el suministro de energía eléctrica que, de acuerdo al presidente de Corpoelec, habían desaparecido por completo.
Durante dos días consecutivos, al menos en las urbanizaciones ubicadas en la parroquia José Gregorio Bastidas, al sureste, han padecido las consecuencias de las suspensiones del servicio.
Hasta este viernes, desde Corpoelec no se habían ofrecido informaciones sobre los motivos de las imprevistas suspensiones del suministro, aunque algunos conocedores de la materia lo atribuyen a falta de mantenimiento a los transformadores existents en la zona.
Los comercios más afectados por la falta de energía son aquellos dedicados a la distribución de carne, lácteos, jugos y charcutería, productos para los que es indispensable la refrigeración.
La mañana de este viernes, Alirio Martínez, propietario de la carnicería El Rebaño, en El Trigal, trataba de prender una planta portátil para poner a funcionar algunos equipos.
Dijo que la madrugada del jueves hubo el primer apagón, no tan prolongado, pero este viernes quedaron sin luz a las 4 de la madrugada y a las 11 no se había restablecido el servicio.
Prefería no abrir la cava donde guarda la carne para mantener el frío, pero tampoco podía hacer otras ventas por falta de corriente para la caja registradora.
En esa situación se encontraban otros comerciantes de El Trigal, El Recreo, Almariera, La Puerta, La Morenera, El Paraiso y otras urbanizaciones del sureste del municipio Palavecino.
“No sabemos a que se deben estos apagones, aunque no pueden venir con lo de las iguanas, rabipelaos o saboteos porque esos cuentos ya no se los cree nadie”, dijo una joven que trabaja en una peluquería de El Paraiso, también inactiva por falta de luz.
En otras urbanizaciones del sector también ha habido apagones, pero de corta duración.