Freddy González, el niño wayuu de 11 años que fue torturado por funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) en Maracaibo, con una bomba lacrimógena, relató lo sucedido.
“Corrí muy rápido, pero yo no hice nada. Me quedé parado. Allí me agarraron, me golpearon, me amarraron con una tira y me tiraron una bomba en la espalda. Fueron los guardias nacionales”, contó González al Diario La Verdad, en la emergencia de una clínica de la ciudad.
El infante, quién declaraba bajo la supervisión de su madre y de la fiscal 35 del Ministerio Público, no pudo continuar narrando el hecho por órdenes del CICPC, quienes desalojaron la sala.
Por su parte, su madre Deisy González, aseguró que su hijo no estaba protestando, «Después me enteré de lo que pasó porque me llamó una señora. Los guardias nacionales lo amarraron, lo quemaron con una bomba y lo botaron como un perro en el barrio 4 de Abril -cerca de donde viven-. Lo tiraron al suelo, le pusieron la pierna encima y lo amarraron con el mismo suéter. Pobrecito, en la noche no pudo dormir. Le dolía la cabeza y la garganta, pero yo no tenía dinero para llevarlo al hospital”, contó con dificultad para hablar español.
En un principio, las autoridades del MP querían llevarlo al Hospital Militar, pero los familiares se opusieron y exigieron otro centro de salud.
“Esto es culpa de Maduro. Así dicen mis vecinos y tienen razón”, decía Deisy, mientras caminaba por el pasillo de la Clínica Amado.
El pediatra Eddy Ramírez, uno de los médicos tratantes, ratificó que las quemaduras de primer y segundo grado cubrieron alrededor del 17 por ciento del cuerpo de la víctima.