Se hace un poco difícil para todos los que narramos mensajes de paz, en busca de una convivencia pacífica como debe ser, por el bien de todos y para todos.
Es lo mínimo a lo que debe aspirar la ciudadanía, sobre todo la clase trabajadora y el sector productivo, que es en este momento el más golpeado, al ver que la incertidumbre cada día se agudiza más, dando la impresión de que todas las salidas se han cerrado; pero afortunadamente no es así, por aquello que cuando la noche luce más oscura es porque pronto va a amanecer y ojala no hagamos caso a un refrán de indio norteamericano que dice así: “Ningún árbol tiene ramas tan estúpidas para darse ramalazos a sí mismo”. Eso se parece a nuestro país y la lucha debe ser por una feliz salida y no caer. Dios nos libre de aquello según lo cual la revolución la hacen los ideólogos de mente enferma y los muertos los ponen los fanáticos.
Apostemos porque todos hagamos lo posible para salir de este berenjenal en que nos encontramos todos, sobre todo la juventud que son mayoría y no tiene la culpa de lo que está pasando y siempre ha dado un paso al frente a cualquier riesgo, en busca de soluciones. A esa juventud en su apoyo hagamos nosotros los adultos lo posible para que ellos encuentren el camino y un buen futuro. Esa debe ser la tarea de los que ya hemos vivido y rogar a Dios para que sea Él quien nos haga lo imposible por el bien de todos. Esto nos es mucho pedir. Creo sin temor a equivocarme que todos deseamos la paz y no hay razón para que el país esté bajo esta incertidumbre, donde cada día se ahuyenta el amor y se ven barbaridades jamás vistas en un país donde reinaba la armonía.
Afortunadamente, como siempre, los problemas traen la solución incluida. Hoy un alto porcentaje que apuesta a la convivencia y no al contrario, su labor es la busca de la reconciliación y quien la busca no hay dudas que encuentra la solución. Más temprano que tarde se abrirán las mente, fluirán las ideas y reinará el bien para todos, haciendo honor a que en las confrontaciones hasta el que se considera grande sale perdiendo y eso ha quedado demostrado a través de la historia ya que nunca se debe permitir que la situación importe más que la relación.
La tarea de todos debe ser sin duda que algún día de la esperanza o sea muy pronto volveremos a convivir en armonía y el apretón de mano, abrazo fraternal y no del puño cerrado. Construyamos redes de paz y de acción, no violentos; preguntémonos si alguien en el mundo ha logrado algo con violencia. Jamás. De la violencia todos conocemos la repuesta. Aunque sabemos que la violencia la produce la represión y nadie está autorizado para reprimir; ningún país bajo represión puede prosperar. La represión sólo sirve para coartar las ideas e inspiraciones como en los buenas naciones todo bajo la Constitución, fuera de ella nada, y eso es válido para todos: si se respetan las leyes no hay forma de equivocarse o es decir el que no se equivoca es por que anda por el camino correcto. Por eso es válido no actuar a capricho e inconsulto, siempre habrá una oposición y muy válida aunque hay manera de combatir la adversidad.
Ahora más que nunca el campo es la solución, unidos todos por la paz, la convivencia, el respeto y la prosperidad de nuestro país
