“No es más rico quien más tiene, sino el que menos necesita” Certicalia.
No existe una regla definitiva, un sistema codificado de normas y comportamientos para manejar una empresa con eficiencia. En general, son importantes la inteligencia, un buen sentido común y una suficiente capacidad de análisis.
Cada parte de la estructura de la empresa puede siempre ser mejorada y organizada de manera más racional. Es decir, el hecho de que sea eficiente hoy, no impide que pueda ser sujeta de nuevas mejoras mañana.
Lo importante es tener bien presente la necesidad de reducir al mínimo los desperdicios de recursos, sean estos humanos o materiales y económicos, de los que dispone la empresa.
No debemos engañarnos: Manejar una empresa es un compromiso muy fuerte y su creación tiene que ser el fruto de una gran motivación, por lo tanto quien no haya tenido en cuenta estas realidades, a menudo tira la toalla en el primer año de actividad.
Quien ha conducir el juego, es siempre el emprendedor en primera persona, el cual sobretodo al inicio, está solo y debe saber un poco de todo, desde las cuestiones administrativas, a los compromisos laborales, a los procesos productivos, etc. Debe entender que el contador no puede resolver todos los problemas.
Pero atención, manejar el juego no significa hacer todo solo. El emprendedor en realidad debe estar muy atento a no caer en la situación de pensar que si hace todo es mejor y que quien hace todas las cosas directamente, lo hará mejor, que hacer que otro lo haga.
El emprendedor debe poner el máximo empeño para organizar las cosas, para no ser forzado a dispersar sus energías en el rol de hacer todo, que poco se adapta a quién debe estar en grado de decidir más que de realizar.
Entonces: Nada de tener la manía de la omnipotencia, porque no se puede hacer todo y no se debe demostrar nada a nadie. Este es el error más grande que un emprendedor puede cometer, porque le impide la posibilidad de focalizarse en las cosas importantes, aquellas que generan buenos productos o servicios y buenas ganancias.
Definitivamente, el aspecto que el emprendedor no puede descuidar en la gestión de su empresa es la verificación de las actividades y el control de los resultados a vencimiento temporal prefijado: en particular, coordinar y supervisar las diferentes fases productivas, el trabajo y la relación con los proveedores, la correcta ejecución de las órdenes, la actividad de distribución y gestión de los productos en salida o los servicios prestados, los contactos y el grado de satisfacción de los clientes.
