Las TICs han modificado el mundo del trabajo porque han permitido la creación de nuevos tipos de empleo, han contribuido a la descentralización de las fábricas y a la modificación de las relaciones laborales al introducir variables importantes como el trabajo independiente contratado y la incorporación de nuevos sujetos o actores sociales asociados a su uso y en algunos casos ha producido lo que se denomina «precarización» del trabajo, por ejemplo, grandes transnacionales de la informática contratan expertos programadores en el llamado «tercer mundo», pagándole salarios de miseria y adueñándose del producto de su trabajo (software), lo que se empieza a conocer como «maquila informática».
Por otra parte, creemos que a pesar de que las TICs no transforman las relaciones de producción y la naturaleza del trabajo alienado en la sociedad capitalista, no es menos cierto que su uso ha cambiado las relaciones laborales, lo que nos obliga a revisar concepciones tradicionales como su ubicación exacta en el proceso de producción.
Frente a estos cambios tecnológicos ha surgido un discurso que pretende postularse como una filosofía del fin de la modernidad y de todo lo que ella representa, es decir fundamentalmente la sociedad capitalista y hay quienes se refieren a la sociedad pos capitalista (Peter Druker, AlvinTofler, entre otros). Ya autores como André Gorz (1980) en Adiós al proletariado, Jeremy Rifkin (1997) en El Fin del Trabajo, Ricardo Antunes en ¿Adiós al trabajo? (1999), también Alain Touraine, Tony Negri entre otros, se han referido al tema del Fin del Trabajo, producto de los cambios señalados, donde predomina el capital y trabajo intelectual sobre el manual y el surgimiento-según ellos- de la sociedad postindustrial o postcapitalista. Aclarando siempre que se refieren a los países desarrollados, es decir donde reside tan solo el 20% de la población mundial.
Para comenzar debemos hacernos algunas interrogantes: ¿Qué está cambiando esta Revolución tecnológica?, ¿Una nueva sociedad?, ¿Llega a sustituirse el actual sistema capitalista o por el contrario esta revolución tecnológica es una nueva dimensión del capitalismo en crisis?, ¿No es precisamente la revolución informática como la ha planteado Mc Luhan – la mayor garantía de poder hablar hoy de globalización o Aldea Global?, ¿No estaremos hoy transcurriendo por una revolución tecnológica cuyo discurso nos indica el fin de todo, el cambio a una realidad a un desconocida pero en el fondo las grandes “realidades”- si bien sufren modificaciones- se mantienen?, ¿No es el comercio de la información – computadoras y redes – la mayor manifestación de la vigencia de la sociedad capitalista?.
AlvinToffler y Peter Drucker, delegan en el conocimiento (ciencia, tecnología) el factor de producción predomínate y al cual se le debe, según ellos, la transformación a la sociedad postcapitalista. Al respecto Drucker (1997) señala: “El verdadero recurso dominante o factor de producción absolutamente decisivo no es ya ni el capital, ni la tierra, ni el trabajo, es el Conocimiento. En lugar de capitalista, las clases de la sociedad poscapitalistas son trabajadoras de conocimiento o trabajadores de servicios” (P.6).
Al decir de Toffler (1998) el capitalismo está sentenciado a muerte, no por la revolución socialista, sino porque –según él- cada vez es menos necesario el capital: “En realidad, el conocimiento es en cierto sentido, una amenaza a largo plazo mucho mayor que los partidos políticos anticapitalistas. Porque, en términos relativos, la revolución informativa está reduciendo la necesidad de capital por unidad de producto” (p.118).
Para nosotros, por el contrario, ahora, a través de los sutiles medios tecnológicos el poder se desdibuja, es cierto, pero solo en apariencia, hoy, más que nunca, el poder se concentra en la burguesía y sus representantes. La racionalidad de esta Revolución tecnológica es capitalista y capitalista son sus intereses. Lo que sí es cierto que actores tradicionales del capitalismo están amenazados y podrían ser sustituidas por otros.