El reconocimiento de rostros o de huellas dactilares es el futuro de un campo que no está del todo desarrollado, tan solo hemos conseguido no tener que sacar la llave del bolsillo.
Continental demostrará en la próxima edición del Consumer Electronics Show 2017 en Las Vegas su visión de cómo debería abrirse un coche: con sistemas biométricos que permitan personalizar y autenticar el acceso a los vehículos. La integración de sistemas biométricos para controlar algunas funciones de los automóviles será una de las características de los coches del futuro pero es ahora cuando las marcas están presentando lo que se puede hacer con esta tecnología.
El primer motivo de usar sistemas biométricos es la seguridad. Ahora si nos roban la llave del coche podrán acceder al mismo y llevárselo, pero si se necesita nuestra huella dactilar para arrancar el coche, el acceso al coche tendrá menos sentido, tan solo para robar lo que haya dentro.
La idea une la tecnología de entrada y salida del coche sin llave con elementos biométricos.
O por ejemplo, podemos controlar quién puede hacer qué con el coche. ¿Quieres que tu hijo pueda acceder al coche pero no que pueda ponerlo en marcha? O por ejemplo, que si le das permisos para arrancar el coche a tu hijo con el carnet de conducir recién aprobado puedas limitar algunas funciones del coche como la velocidad máxima. El sistema reconocería esa huella asociada a un perfil de usuario que tiene ciertas limitaciones.
Y no solo hablamos de seguridad, debemos pensar en personalización. ¿Quieres que al entrar en el coche automáticamente te configure tu música favorita, la posición del asiento y los espejos retrovisores y ponga una temperatura determinada? Y en el caso de que otra persona coja el coche podrás asignar otra configuración.
Los lectores de huellas y los sistemas de reconocimiento facial comenzarán a llegar a los coches en los próximos años coincidiendo con la llegada de los vehículos conectados y/o autónomos.
Hay mucha innovación pendiente de aplicación para que simplemente no necesitemos una llave, una herramienta que heredamos desde el inicio de la industrial del motor, pero aún quedan muchos años y varias generaciones de coches para que dejemos de cargar con un trozo de simple metal que abra nuestro tecnológico coche.