Los venezolanos no necesitamos cambiar la Constitución pero sí necesitamos elecciones que nos permitan, tal y como lo establece el sistema democrático, escoger de manera universal, directa, secreta y auditable a nuevos gobernantes, asegura la Confederación Venezolana de Industriales, en comunicado donde rechaza la Constituyente Comunal.
La organización gremial fija posición, ante la grave crisis institucional que vive actualmente el país, como consecuencia de la ruptura del hilo constitucional y el desconocimiento de la autonomía y separación de los poderes públicos; ante el agravamiento de la crisis socioeconómica caracterizada por una dramática caída de la producción nacional, severa escasez de productos básicos y de una elevada inflación que ha empobrecido al país entero.
Condenan los deplorables sucesos de vandalismo y robo de los que han sido objeto empresas industriales y comerciales en el estado Carabobo, así como en otros estados del país, afirmando que quien comete el acto de robar y destruir es tan responsable de eliminar la posibilidad de muchos de producir y trabajar, y de corromper la moral de toda la población, como lo es aquel que planifica el vandalismo.
Así también, estiman que estos sucesos vandálicos que están diezmando al sector industrial y comercial en Carabobo, se traducirán en más escasez, inflación, desempleo y deterioro de la calidad de vida, no solo de los carabobeños sino también del país en general. La pobreza que padecemos los venezolanos es producto de políticas económicas perversas que han conculcado los bienes y los derechos de los ciudadanos; de tener un gobierno que gasta más de lo que le ingresa, causándonos la inflación; de obstruir la producción mediante leyes que imposibilitan el acceso a la materia prima; de intentar ocultar la incompetencia gubernamental castigando al sector privado porque éste es eficiente.
La directiva afirma que todos los venezolanos estamos pagando el costo de tener un Gobierno que improvisa en materia económica y experimenta deambulando de fracaso en fracaso.
Venezuela puede ser un país de razón, de justicia, de libertad, de producción y de prosperidad, pero para eso necesita ser conducida con propósito, con inteligencia, con planificación hecha por personas con las necesarias destrezas -que las hay-, no con personas escogidas por su afiliación política. El progreso de Venezuela dependerá de su capacidad de crear riqueza y la creación de riqueza requiere de tener empresas que estén libres del cerco de controles y puedan producir.
– Nuevamente hemos aprendido que la distribución del petróleo no nos compra la inteligencia ni respeto institucional. Como si toda la crisis que nos afecta fuera poca, otra vez el Gobierno nos sorprende con promesas de soluciones que nada tienen que ver con los problemas.
Nos propone una asamblea constituyente que, además de no resolver la grave crisis económica, nos secuestra el derecho de la elección a través del voto universal, directo y secreto.
Señala Conindustria que el problema no es la Constitución, como lo quieren hacer ver, sino el desconocimiento que se hace de ella; el desconocimiento de la separación y autonomía de los poderes públicos; el desconocimiento de los derechos de propiedad; y el desconocimiento del estado de derecho. Los venezolanos no necesitamos cambiar la Constitución pero sí necesitamos elecciones que nos permitan, tal y como lo establece el sistema democrático, escoger de manera universal, directa, secreta y auditable a nuevos gobernantes. Solo así podremos comenzar la reconstrucción de un país de producción, de puestos de trabajo decentes y estables, de abundancia y de crecimiento.