Los Guaros de Lara (16-10) mostraron una mejor cara en su regreso a casa y en el estreno del argentino Guillermo Vecchio como su nuevo entrenador, al extender su racha triunfal a cuatro encuentros y pasarle la escoba a los Marinos de Anzoátegui (10-14), un enconado rival ante el que se han perdido dos finales (2005, 2015), mediante triunfos 88-85 y 98-81 en el Domo Bolivariano de Barquisimeto.
Después de ser dirigidos por el primer asistente Yonaiker Ecker en Punto Fijo ante los Gaiteros del Zulia (6-16), con Vecchio el equipo completó una barrida por tercera ocasión en condición de anfitriones y quinta vez en general en la ronda regular de la Liga Profesional de Baloncesto (LPB) 2017, resultado con el que además empataron la segunda plaza de la Conferencia Occidental con Trotamundos de Carabobo (17-11).
Ataques más largos, correr cuando era debido, cuidado de la pelota, implicación y noción colectiva de sacrificio en defensa, compromiso con los roles y ambición los 40 minutos fueron la prédica de Guillermo Vecchio a lo largo de cada uno de los tiempos muertos solicitados en ambos compromisos y a pesar de algunas vicisitudes, como la expulsión de Nate Robinson en el segundo cuarto del segundo partido, no dejó que el rival impusiese los tiempos del juego.
Venía el boricua Tony Ruiz con un equipo que, a pesar de bajas como las de Oscar Torres y Héctor Romero, tenía suficientes elementos de experiencia y peligro en el perímetro, además de músculo en la pintura, como para pretender una división de honores que potenciase su propia lucha por escalar posiciones, tras un arranque incierto, en la Conferencia Oriental.
No obstante, al nigeriano Jeleel Akindele no se le hizo tan fácil producir, en especial en el primer juego, dado el tándem Gregory Echenique-Néstor Colmenares. Michael Carrera pudo hacer daño en el primer juego pero no en el segundo y solo Isaiah Swann se dio el gusto de embocar triples y amargarle el trabajo a la defensa, los mismos triples que tanto le costó anotar al bando crepuscular en el primer juego (de 32-5) pero que fueron providenciales en el segundo (10).
Fueron 80 rebotes y 47 asistencias entre ambos juegos y con una banca de lujo que incluye a Heissler Guillent, Lazar Hayward y Colmenares, además de un muy productivo Elvis Báez, se logró marcar diferencias.
Restan 10 partidos y los escollos más complicados vienen de inmediato. Visitar a Bucaneros de La Guaira (14-13) en el Domo José María Vargas del litoral el lunes 8 y martes 9 y recibir luego a Cocodrilos de Caracas (21-7) en el coso de la avenida Libertador el viernes 12 y sábado 13. De los siguientes seis, cuatro más serán en casa (ante Gaiteros y Toros) y la única gira pendiente será ante Panteras de Miranda en la capital.
La tropa de Vecchio aún espera por el retorno de Zach Graham y por el momento no hay negociaciones avanzadas para la llegada de algún otro foráneo, según lo informado por José David Hernández, adjunto a la presidencia y gerente deportivo.