La retención de vehículos de carga pesada en la entrada de la urbanización La Hacienda, en Cabudare, fue el recurso utilizado por un grupo de manifestantes, ayer martes, para pedir la liberación de los jóvenes aprehendidos desde los primeros días de abril. La medida devino en el embotellamiento en la intercomunal Barquisimeto-Cabudare al caer la tarde y la quema de una de las unidades al anochecer.
Desde las primeras horas de la tarde, residentes de varios sectores obligaron a detener la marcha de tres gandolas, pero al conductor de una le permitieron irse horas después. Quedaron aparcadas a lo ancho de la vía dos vehículos, uno cargado de urea y otro vacío perteneciente a la empresa estatal PDVSA que iba camino a la planta Maporal.
Los manifestantes aclararon que pidieron a los choferes pausar el rumbo sin agredirlos. “Ni un tornillo se le sacado (a las gandolas)”, subrayó uno de los vecinos de La Hacienda.
Los conductores los ratificaron. “No creo que esté secuestrado, porque ellos solo querían hacer un poco de presión. De hecho, me dijeron que a la gandola no le iba a pasar nada ni a mí tampoco. Es más, hasta comida me dieron”, declaró Luis Túa, conductor de la gandola de PDVSA.
Más tarde, los manifestantes permitieron que el conductor de la gandola cargada de urea saliera del sitio. Pese a que esto indicaba la reanudación del tráfico, en torno a las 08 de la noche, individuos desconocidos provocaron el incendio de la unidad propiedad de la compañía estatal. Funcionarios del Cuerpo de Bomberos de Palavecino intervinieron antes de que las llamas cubrieran entera la gandola, por tanto, solo se quemó la cabina.
La investigación del caso la asumió la Fiscalía cuarta del Ministerio Público, razón por la cual se acercó al lugar la fiscal Yaritza Berríos.
Intento frustrado
Sobre las 04 de la tarde, llegaron a la intercomunal la abogada Nelly Cuenca y los pastores evangélicos Eliezer Alvarado y Luis Peraza en nombre del Consejo de Estado por la Paz y la Justicia (CEPAZ) para intentar hacer declinar a los manifestantes de la idea de mantener la arteria vial privada de tráfico. El diálogo fue infructuoso.
“Por ahora, lo único que estamos pidiendo es la liberación de los muchachos, menos de eso no queremos”, solicitó uno de los jóvenes con el rostro cubierto a la abogada Cuenca. “Aquí, no hay delincuentes”, se defendió.
Cuenca después de escucharlos recordó que la tarea del CEPAZ era conocer la situación y evaluar la forma de interceder. “Nos comprometemos a divulgar lo que ellos están pidiendo”, dijo la mediadora y afirmó que había llamado por teléfono y enviado mensajes de texto a los representantes de la Defensoría del Pueblo en Lara sin obtener respuesta.
Trancazo extendido
Pese a que a la convocatoria del trancazo nacional hecha por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) era cerrar las calles durante dos horas, en la ciudad crepuscular se prolongó hasta la tarde en algunos sectores, sobre todo, en el extremo este.
En la avenida Libertador, cerca de La Botella, sobre las 07 de la noche los manifestantes persistían y las fuerzas de seguridad intentaron dispersarlos con lacrimógenas. En la avenida Los Leones, a las 06 de la tarde, trancaron en varios puntos desde la intersección con la avenida Venezuela hasta la Lara.
