El deportista de alto riesgo austríaco Felix Baumgartner ha tocado tierra tras lanzarse desde la estratósfera, a más de 39.000 metros de altura, para tratar de convertirse en el primer ser humano en romper la velocidad del sonido en caída libre.
Este hombre extremo alcanzó el récord de velocidad al descender en caída libre a más de 1.100 kilómetros por hora. Sin embargo, no mantuvo la caída libre en el tiempo estimado de 5 minutos con 35 segundos. De esta forma queda en segundo lugar en esta categoría, detrás del Capitán Joseph Kittinger.
Entonces, tres de los cuatro récords planteados por el equipo fueron alcanzados: la velocidad (con la que superó la barrera del sonido), la altura desde donde saltó (39 kilómetros), siendo esta también la máxima altura a la que ha llegado un globo tripulado.
Víctima de las inclemencias del tiempo en Roswell, donde tuvo lugar la experiencia, el aventurero debió postergar en varias ocasiones esta semana su proyecto, incluida una anulación a último momento el martes, cuando un fuerte viento obligó a abortar el lanzamiento.
Sin embargo, este domingo se abrió una “ventana climática” de cuatro horas, que comenzó con el amanecer a las 6H45 hora local (12H45 GMT), por lo que los organizadores estuvieron atentos a las condiciones de viento para determinar minuto a minuto el momento más adecuado.
Baumgartner fue transportado en una cápsula por un globo gigante de helio a 39.000 metros de altura -más del triple que un avión de línea- sobre el desierto de Nuevo México, desde donde saltó en caída libre sobre la una y treinta de la tarde (Hora Venezuela).