Queridos Elvira y José,
No los conozco, ¡pero los siento tan cerca! No he dejado de pensar en ustedes desde que supe del asesinato de Juan Pablo. Y lloré cuando leí los tuits del Alcalde Ramón Muchacho: “Ayer viví uno de los momentos más duros que me ha tocado como Alcalde: decirle a la madre de Juan Pablo que su hijo estaba muerto”… “Pero infinitamente más duro fue para sus padres, Elvira y José, enterarse de la muerte de su único hijo. No hay palabras para describirlo”.
No, no hay palabras. Es el terror de todos los que tenemos hijos. No hay derecho que un estudiante y excelente deportista de tan sólo veinte años haya sido asesinado… por protestar pacíficamente. Haber cercenado su futuro cercena el presente y también el futuro de nuestra nación. Porque de Venezuela los que no se van, corren el riesgo de que los maten. Hoy ustedes son el ejemplo vivo por su hijo muerto.
No sé qué decirles que pueda consolarlos. Yo también estudié en la Universidad Metropolitana y fui tan feliz cuando estudiaba allá que sé cuán feliz Juan Pablo era. En la Unimet no sólo nos enseñan a ser buenos profesionales y emprendedores. Nos conducen, como dice su himno “por caminos que llevan al bien”. Y ese camino lo recorrió Juan Pablo cuando marchó por las calles con la esperanza de hacer algo por la libertad de Venezuela. Ahora él está más libre que todos nosotros y esa vida que entregó no será en vano. Su nombre quedará como ejemplo –junto a otros jóvenes como él que también cayeron bajo la represión y la fuerza- de la verdadera juventud venezolana que ama lo bello, lo bueno, lo grande.
Elvira y José, en Jerusalén, en el Museo del Holocausto, hay un bello jardín que se llama “el Jardín de los Justos de las Naciones”. Allí hay sembrado un árbol por cada “justo”, personas no judías que desinteresada y altruistamente ayudaron a salvar judíos durante la Shoah. Yo creo que aquí en Venezuela deberíamos tener un bosque así, que nos recuerde a quienes vivimos hoy y a quienes vivirán mañana que hubo personas que dieron sus vidas por una causa justa. Justos de nuestro pueblo.
Estoy segura de que el sacrificio de Juan Pablo no será en vano y que ustedes, en medio de ese dolor infinito, verán a su hijo en cada hombre y mujer libre cuando salgamos de esto. Los abrazo muy fuerte desde la distancia.
@cjaimesb