Seis días de angustia, desesperación e incertidumbre por el paradero de la niña de 11 años que fue arrastrada por la creciente en el barrio La Lucha, el pasado viernes, culminaron a horas del mediodía de ayer, en la quebrada del barrio La Peña, luego de que una señora de la comunidad junto a su perrito la localizara.
“Ya son muchos días, el cuerpo no me da para más. Solo Dios sabe por qué pasó esto”, destacó Jorge Angulo, padre de la niña, quien en horas de la mañana se incorporaba a la búsqueda junto a todos los grupos de rescate, Protección Civil y Cuerpo de Bomberos de Iribarren.
Era el sexto día de búsqueda que se iniciaba, en esta oportunidad lo harían desde La Zamurera. Los funcionarios, quienes no decayeron en ningún momento, estaban seguros de que tendrían resultados porque, según explicaron, ya la crecida del caudal ocurrida el fin de semana había disminuido, en muchos sitios se había secado y ya el sol había levantado.
En esta oportunidad ubicaron a dos perros formados para búsqueda de personas, uno de ellos un Border Collie de 11 meses de edad, llamado Charly, entrenados para rastrear a personas vivas y en espacios confinados o estructuras colapsadas, y un Beagle de 8 meses de edad, llamado Trouble, entrenado para rastrear personas muertas, así lo explicó su entrenador Joel Sequera.
Sequera además de ser uno de los fundadores de Protección Civil Lara y ser exdirector de está institución, destacó que los canes están en proceso de formación y fueron sacados para ser probados, pues en el país no son entrenados estos animales para búsqueda de personas. Explicó que les dieron unas prendas de la pequeña para que las olfatearan y comenzaron su rastreo desde La Zamurera hasta el Parque del Oeste, pero en la primera área que fue revisada hasta las 10 de la mañana no hubo resultado alguno. Mientras, otros grupos se iban a pie.
Más de 100 funcionarios estaban unidos al rastreo.
El padre de la niña relató que sus hijos tenían esperanza de que la pequeña estuviera con vida, pero él sabía que eso no pasaría, solo deseaba acabar con ese mal episodio, el cual describió como una novela.
Tuve un presentimiento
Aída Marín, residente del barrio La Pastora, indicó que desde el viernes veía como todos los días los funcionarios recorrían la zona buscando a la niña, pero no daban con ella. “La quebrada de La Peña, queda casi al frente de mi casa y hoy vi como nuevamente los rescatistas iban por el lugar. Yo tenía un presentimiento, porque hay una zona que es como un bosquecito por el que no habían pasado y decidí meterme con mis sobrinos”.
La dama narra que agarró un palo y su perro Nevado la acompañó, el resto fue por otro lado. “Luego de caminar un rato, yo creo que el perro se guió por el olor, porque se paró en un sitio y caminaba desesperado de un lado a otro y ladraba, yo marqué con un palo y me fui a buscar a mis sobrinos”, narró la mujer quien comentó que una vez que llegaron comenzaron a quitar la maleza y allí apareció una pierna, por lo que de inmediato avisaron a los funcionarios del Cuerpo de Bomberos y de Protección Civil.
“Esto es el poder de Dios que me guió”, decía la señora Marín, quien dijo que al menos cinco personas más de la comunidad buscaban junto a ella. Contó que Nevado es un perro mestizo, de dos años de edad, bastante juguetón y que se la pasa buscando iguanas por la zona. “Nevado es el rey del barrio”, comentó la señora Marín haciendo referencia a que el animal es querido en el vecindario.
La mujer lamentó que la pequeña fuera conseguida sin vida, pero a la vez manifestó cierto alivio porque culminó el sufrimiento para su familia luego de tantas horas sin saber el paradero de la niña.
Trascendió que cuando la familia llegó al lugar no podían creerlo y hasta lo negaban, pero posteriormente fue reconocida por su vestimenta.
Exhaustiva búsqueda
Varios fueron los elementos usados por los rescatistas para ubicar a la pequeña, ninguno descansó y a los organismos de seguridad se le unieron varios grupos de rescate y exploradores, también contaron con la colaboración de personas de las diversas comunidades por las que pasaban.
Hay 24,8 kilómetros desde La Zamurera a Veragacha, los cuales eran recorridos por los efectivos mañana y tarde, de ida y de vuelta.
Uno de los expertos explicó que desde el sitio donde fue arrastrada la pequeña por la crecida, hasta la quebrada de La Peña, hay 13 kilómetros, distancia que recorrió el cuerpo de la niña, el cual fue localizado boca arriba y entre la maleza.
Entre las grandes ayudas que recibió el personal que se abocó a la búsqueda fue la que ofrecieron los miembros de la Escuela Bolivariana Cerritos Blancos II, quienes colaboraban con los desayunos, hidratación y almuerzos de todo el personal.
Juana Rebolledo, sub directora de la institución donde la niña estudiaba 5to grado, comentó que en cuanto supieron del problema por el cual pasaba la familia se enfocaron con ayuda de docentes, personal administrativo, obrero, representantes y padres de la comunidad. “Como institución estamos dispuestos a apoyar en este y cualquier problema que presenten nuestros alumnos, ya que ellos forman parte de nuestra familia, son como unos hijos más”, destacó Rebolledo.
Como se recordará la niña de 11 años, el viernes 21 de abril estaba mojándose bajo la lluvia con su hermano de 15 años y ambos decidieron bañarse en el canal donde fueron arrastrados por la creciente; el jovencito logró salir, pero la niña fue arrastrada por el agua. Fueron seis días de búsqueda.