“El fruto de los justicia es amargo para todos”. Simón Bolívar
Y… ¡qué amargura más repugnante cuando se juzga y condena a un inocente! Aunque le otorguen la libertad, su espíritu siempre estará agobiado.
Más aun, ¿acaso la justicia se creó para fines oprobiosos y lucros?
¿Cómo puede adquirir lo justo quien no es justo consigo mismo?
Más bien pediréis que sean justos con vosotros, ¿y cómo podéis juzgar cuando estáis llenos de culpas?
Y si creyeres que lo justo y lo injusto está en ti, haréis que lo justo predomine en vuestro espíritu y en vuestra mente.
Entonces vuestra aurora se iluminará, verás la luz y sentiréis la justicia impregnada en su rostro e invitándote a ser correcto.
Os digo: Cuando la razón se añade a la razón, toda justicia se aparece y toda injusticia se desvanece.