Los grupos conocidos como colectivos, cuyos integrantes se autodenominan guardianes de la revolución, constituyen una fuerza paramilitar, afirmó el Dr. Fermín Mármol García, profesional del Derecho, especialista en criminología y profesor universitario, entrevistado por EL IMPULSO.
Entre el 10 y el 30 por ciento de las parroquias están asentados estos grupos civiles armados, indicó. Esto quiere decir que por lo menos en 150 parroquias están activos. Hay parroquias que pueden tener más de uno de esas agrupaciones, como ocurre con la del 23 de enero, en Caracas.
Lo que hemos conocido como colectivos armados y violentos debemos conocer bien su definición, explicó. Sus integrantes se autodenominan guardianes de la revolución bolivariana; es decir, los encargados del proteger el proyecto político del fallecido comandante eterno Hugo Chávez Frías. Su origen fue los círculos bolivarianos que existieron al comienzo de la revolución bolivariana entre los años 1999 y 2000.
Pero, desde el punto de vista criminológico, el concepto correcto de estos grupos civiles armados es de fuerza paramilitar.
Cualquier grupo de civiles que se encuentren armados de forma ilícita y que erijan las banderas del gobierno nacional, del status quo, son una fuerza paramilitar.
Para mayor comprensión, si mañana hubiesen elecciones y el gobierno revolucionario perdiera la presidencia, estos grupos que se autodenominan guardianes de la revolución bolivariana pasarían a ser -ya no paramilitares- guerrilleros.
Porque el paramilitar defiende las banderas del gobierno, se identifica con las banderas del status quo. Y la fuerza guerrillera combate para sacar el status quo, contradice al gobierno.
Estos grupos irregulares (circulos bolivarianos, en el pasado; colectivos y violentos, hasta hace poco) son realmente una fuerza paramilitar de corte urbano.
Pero -ojo con esto- también tenemos guardianes de la revolución de corte rural y, por ende, son paramilitares rurales, los denominados boliches, que están activos en el eje Apure-Barinas-Táchira
Los antecedentes en épocas a las protestas y manifestaciones han sido de tareas muy diversas, especialmente en períodos electorales, ya que han actuado como fuerzas de amedrentamiento y de intimidación.