El flautista se lleva a los niños.
Algunos escritores la admiten como leyenda y otros como producto de una realidad, que tuvo lugar en Alemania el año 1212; el cual se nutrió de hechos históricos reales y ficticios, donde unos 20.000 jóvenes y niños habrían sido seducidos por un pastor alemán vestido de rojo llamado Nicolás, para ir a liberar la Tierra Santa. Se enrolaron en un viaje hacia el Sur de Italia donde al llegar debían abrirse las aguas al paso de los niños y marchar hacia Jerusalén; tal como Moisés cruzó el Mar Rojo. La historia recoge que en ningún momento se produjo tal milagro, y muchos de ellos fueron engañados y vendidos como esclavos en Alejandría. Otras fuentes nos informan que ni siquiera divisaron el mediterráneo ya que el grupo de niños alemanes y franceses murieron de hambre y agotamiento en el camino.
Algo muy similar es lo que está pasando con nuestra juventud venezolana, con la flauta encantadora del también rojo Nicolás con el “Carnet de la Patria”, para arrastrarlos hacia el corrupto Socialismo del S. XXI, cuyo cuento lo podremos echar a nuestros nietos de la siguiente forma:
Había un pequeño país al norte de Suramérica llamado Venezuela, donde sus habitantes eran felices de vivir en un país tan apacible, pintoresco y dotado de una gran riqueza natural, pero un funesto día ese país fue atacado por una terrible plaga llamada el Socialismo del S. XXI, quienes al actuar como manadas de ratas, roían y se comieron todos los bienes de esa nación, tal como si fueran quesos, sin dejar ni una miguita para alimentar al resto de la población; practicaban agujeros en los bancos, ministerios, centros de salud y en todo lugar donde pudieran encontrar un rico papel llamado dólar, al que devoraban cual queso roquefort, al punto de que tornaron la vida de los ciudadanos en verdaderamente insoportable. Hasta que sus padres y abuelos decidieron expulsarlas y para ello efectuaron democráticamente el día 6-12-2015 una votación, de la que el 80% de los ciudadanos votaron a favor de su expulsión; pero Nicolás se negó a admitirlo y para poder engañar a la juventud inventó el “Carnet de la Patria”, como flauta encantadora, para que con sus melifluos y demagogos engaños los hijos del pueblo les sigan los pasos hasta las venideras votaciones. Sin saber muchos de estos niños y jóvenes que luego morirán de inanición cultural, a otros los nutrirá con el odio y el rencor y a los sobrevivientes no creyentes en el sistema les abandonará y quedará solos en su soledad; tal como hoy está la Venezuela Socialista del S. XXI.
Obviamente que este cuento-realidad no lo puedo terminar diciendo: «Colorín colorado este cuento se ha acabado”, porque para ello tenemos que rescatar a esta juventud maltratada y engañada en su futuro desde 1999, cuando ellos tenían unos 8 años de edad y Chávez Frías importó esa flauta desde Cuba, con la cual melifluamente encantó e intimidó a gran parte de esos niños, hoy adultos venezolanos, con su melodía: «Patria-Socialismo o Muerte». Hoy no tenemos patria, ni socialismo pero si muerte por desnutrición, por carencia de fármacos y por la alta criminalidad. El antídoto está en sembrar en ellos el valor de su unidad democrática en las venideras votaciones que emulen las del 6-12-2015. ¡Voilá¡
“No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto”. Aristóteles.
Nota: a mis nietos niños y adultos les gustó.