El pueblo venezolano está siendo víctima de una brutal represión de parte de un régimen ya abiertamente dictatorial, reconocido así por la comunidad internacional y por instituciones que hasta hace poco estaban secuestradas por la tiranía. La declaratoria de ruptura del hilo constitucional hecha por la Asamblea Nacional y ratificada por la Fiscalía y la propia OEA, ha generado jornadas de protestas pacíficas convocadas por el liderazgo opositor bajo la bandera de elecciones generales, respeto al parlamento y libertad para los presos políticos. Pero el Gobierno no ha hecho sino quedar confeso con una actuación criminal que evidenciaque las atroces sentencias de la Sala Constitucional están más vigentes que nunca.
El dictador, que cobardemente se fue de Caracas improvisando una gira por el interior hasta llegar a Cuba mientras sus secuaces hacían el trabajo sucio, contaba con la llegada de la Semana Santa (con sus días feriados completos) para volver a la normalidad de su tiranía de hambre. Sin embargo, el pueblo ha asumido estas fechas con una determinación de lucha increíble, protagonizando jornadas heroicas de resistencia democrática cuyas imágenes recorren el mundo. Finalmente la batalla es entre un dictador desalmado y un pueblo oprimido que hoy resiste unido a pesar de la represión criminal. Algo que, lejos de competir con la semana mayor católica, está altamente ligado al mensaje bíblico de la ocasión.
En Semana Santa se conmemora la Pasión de Cristo, esos últimos días de la vida terrenal de Jesús en los que sufrió todo tipo de humillaciones, abusos y torturas del parte del poder político de la época hasta su crucifixión. Y fue justamente ese injusto padecer lo que logró dividir la historia de la humanidad en dos, quedando como testimonio imborrable durante más de dos mil años. Ese Via Crucis con una corona de espinas, es en esencia lo que está viviendo el pueblo venezolano en este momento cuando debe resistir bombas lacrimógenas lanzadas a quema ropa y dentro de hospitales y residencias, disparos de francotiradores, bombardeo desde el aire y todo tipo de violencia. Todo por el solo hecho de pretender llegar hasta una institución pública a pedir que se restituya la Constitución. Heridos, fallecidos, presos y perseguidos es el saldo de esta pasión del pueblo venezolano que estoy seguro servirá también para dividir nuestra historia patria en dos y comenzar así la etapa de la democracia nueva con plena vigencia de la constitución y respeto a la voluntad del pueblo.
Este sufrimiento no será en vano. Sigamos luchando, inspirados en el mensaje cristiano que hoy no se celebra, sino que se vive, entendiendo que la represión solo nos enaltece más. Semana santa, semana brava.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
