El secretario mexicano de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, pidió al gobierno y a la oposición de Venezuela que eviten cualquier violencia este miércoles en las marchas masivas anunciadas por ambas partes.
En Madrid, donde se encuentra de visita desde el martes, Videgaray dijo que el ejecutivo y la oposición «tienen una responsabilidad fundamental: mantener la expresión política alejada de la violencia. Y por supuesto esta responsabilidad debe empezar por el propio gobierno» del presidente Nicolás Maduro.
En un encuentro con la prensa celebrado en un hotel madrileño, el canciller mexicano manifestó su «preocupación por el grave deterioro que hemos observado de las instituciones democráticas de Venezuela».
«Se han pospuesto elecciones, se han vulnerado facultades del poder legislativo, la existencia de presos políticos… todo esto apunta hacia un deterioro fundamental de las instituciones de la democracia representativa» en el país sudamericano, añadió.
Videgaray se refirió así a la decisión de la autoridad electoral de postergar los comicios de gobernadores que debían celebrarse inicialmente en diciembre, y a la reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia de asumir los poderes de la Asamblea Nacional, de mayoría opositora al chavismo.
Esta decisión generó una avalancha de críticas en el extranjero, y finalmente el alto tribunal dio marcha atrás.
«México no puede ni va a ser indiferente ante algo que pone en riesgo la forma de gobierno democrático en uno de los países fundamentales de nuestro continente», agregó Videgaray.
La oposición venezolana ha anunciado para este miércoles una marcha masiva, que presenta como la más importante contra el gobierno de Nicolás Maduro.
Será la sexta que organizan este mes los detractores del chavismo, para exigir elecciones generales y que se respete la autonomía del Parlamento, único de los poderes públicos que escapa al control del oficialismo.
Maduro a su vez replicará con una movilización masiva de partidarios. El martes ordenó además activar un operativo militar, policial y civil para vencer un supuesto golpe de Estado que según dijo está coordinado por el Departamento de Estado de Estados Unidos y «la derecha venezolana», con el fin de derrocarlo.
