Las sentencias 155 y 156 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), mediante la cual la institución asumiría las funciones del Poder Legislativo, limitaría la inmunidad parlamentaria y otorgaría al Ejecutivo Nacional los dominios de la Asamblea Nacional (AN), la cual luego fue sometida a correcciones, mantiene en malestar permanente a la colectividad, que representada en gremios o asociaciones y en su carácter ciudadano, rechaza todo acto inconstitucional.
El movimiento laborista venezolano es modelo de ello. En Lara, la representación de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), ha referido que con base en su visión amplia y pluralista, de firmes principios democráticos, rechaza el contenido expresado en las sentencias por desconocer y usurpar la AN.
“Hemos acompañado a los partidos políticos en la historia venezolana, pero también nos hemos aliado con los estudiantes y la sociedad civil, para defender la democracia. Esta vez no será distinto”, comentó Héctor Contreras, representante regional de la CTV, quien reconoció que la actual conformación del Parlamento, aún a pesar de “las tropelías del gobierno”, ha dado respuesta a los requerimientos formulados por la masa trabajadora durante la campaña electoral de las elecciones de 2015. Entre estas destaca la aprobación de bono de alimentación para adultos mayores y pensionados. No obstante, otros poderes como el Ejecutivo y Judicial, colocan “alcabalas” al trabajo legislativo, lo que impide que la letra legal se ponga en marcha.
Contreras expresó que el movimiento laborista nacional también trabaja en conjunto con los parlamentarios en la Ley para la Libertad Sindical, referida igualmente a la discusión del contrato colectivo, diálogo social y otros puntos. En Lara, las mesas de trabaja para enriquecer dicho trabajo, iniciará el 1º de mayo.
Otras centrales como la Unión Nacional de Trabajadores de Venezuela (Unete), ha llamado al reconocimiento y apoyo de la AN.
Marcela Máspero, coordinadora nacional, ha referido que “no es momento de quedarnos callados e impávidos mirando el mundo pasar. Es momento de manifestar nuestro desacuerdo de ciudadanos libres que rechazamos la tiranía”. En su opinión es preciso reclamar democracia en los hogares, barrios, trabajos, transporte, en la cola y en la calle, puesto que “la libertad no la regalan… Sólo nosotros podemos hacernos libres”.
