El Consejo Permanente de la OEA adoptó el lunes una resolución que califica a las decisiones del Tribunal Supremo de Venezuela como «incompatibles con la práctica democrática» y agregó que «constituyen una violación del orden constitucional».
Un total de 17 países adoptaron el texto por consenso. Se trata del pronunciamiento más duro que la OEA haya emitido sobre la crisis venezolana hasta el momento. Cuatro de los 21 países presentes en sala se abstuvieron de acompañar la resolución.
El Consejo Permanente de la OEA se comprometió en el documento a seguir ocupándose de la situación en Venezuela y a emprender gestiones diplomáticas adicionales «incluyendo la convocatoria de una reunión a nivel ministerial».
La mención de una reunión ministerial es una referencia explícita a la reunión de cancilleres del continente, o Asamblea General, requerida por la Carta Democrática Interamericana como paso previo para una posible suspensión de un Estado miembro donde haya ocurrido una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático.
La resolución fue adoptada tras una caótica sesión que el embajador venezolano abandonó en señal de protesta tras denunciar que el texto es írrito porque se abordó la situación de su país sin su consentimiento.
La OEA inició su reunión 48 horas después de que el Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela suprimiera el sábado las acciones con las que había retirado sus poderes a la Asamblea Nacional.
Antes de retirarse, Moncada agregó que tras la decisión del sábado «el objeto de esta discusión despareció. Aquí (en la OEA) hay un forjamiento del objeto de la discusión».
No obstante, en referencia a la decisión del sábado, la resolución advierte: «a pesar de la reciente revisión de algunos elementos de dichas decisiones, es esencial que el Gobierno de Venezuela asegure la plena restauración del orden democrático.»
En un comunicado divulgado el lunes, Venezuela denunció que «un grupo de gobiernos en complicidad con la Secretaría General, han perpetrado la toma de la Presidencia del Consejo Permanente para imponer a la organización y a los demás estados miembros su propia agenda ilícita».
El embajador hondureño Leónidas Rosa Bautista fungió como presidente de la sesión ante la ausencia inicial del boliviano Diego Pary Rodríguez, quien ejerce la presidencia temporal del Consejo Permanente.
Pary había dicho la mañana del lunes que suspendió la convocatoria porque «no aceptamos que se haya planificado un Consejo Permanente sin nuestro consentimiento. Aún no hemos recibido los documentos relacionados a la reunión. No aceptamos que a Bolivia se le impongan consejos ya organizados».
Posteriormente, Pary entró en la sala e interrumpió la intervención que realizaba la canciller argentina Susana Malcorra, a quien a quien espetó que su país «lamenta que un país amigo asuma una actitud golpista. Bolivia no puede aceptar que la presidencia de Bolivia pueda ser usurpada».
El embajador mexicano Luis Alfonso de Alba Góngora criticó duramente la actitud del boliviano, a la que describió como «un precedente muy peligroso para todos nosotros. Son funciones distintas ser presidente del Consejo Permanente y ser representante de un país. Confiamos en que Pary sabrá separar las dos funciones y ejercer con debida independencia el papel de presidente».
Poco después, el presidente boliviano Evo Morales escribió en su cuenta de Twitter: «de nuevo OEA convertida en Ministerio de Colonias. Se produce un golpe institucional al impedir el ejercicio de la presidencia de Bolivia.»