Aunque no tengo clara la razón del CNE para convocar a la denominada “validación” de los partidos, no dudé que asistiría a ese acto y validaría al único partido político en el cual he militado, el partido socialcristiano Copei.
Alguna vez tuve una actividad política más o menos intensa, sobre todo en las campañas presidenciales de Caldera ’68 y ’83, Lorenzo Fernández ’73, Luis Herrera Campins ’78 y Eduardo Fernández ’88. Mientras no había elecciones se me encomendaban diversas actividades relacionadas con la formación ideológica. Por eso durante algunos años mantuve contactos frecuentes con dos grandes personalidades del socialcristianismo, con Arístides Calvani y Enrique Pérez Olivares. Me correspondió organizar en Barquisimeto, cursos y seminarios ideológicos, a los cuales vinieron los mencionados personajes y muchos más. Incluso, recuerdo un curso para jóvenes que fue instalado por Luis Herrera Campins y clausurado por Rafael Caldera en 1977.
Después de la división de Copei en 1993 me alejé de la actividad política. Fue duro aquel momento. La admiración y el respeto a Caldera nunca desaparecieron, el expresidente había sido mi profesor de Sociología Jurídica en la Facultad de Derecho de la UCAB. A pesar de ese alejamiento, siempre mantuve mi militancia copeyana y por supuesto mis convicciones socialcristianas.
Los trágicos años del chavismo me hicieron ver la necesidad de ayudar a consolidar un movimiento opositor vigoroso y amplio. Se desdibujó en mí el copeyanismo absoluto. El acercamiento con otros partidos políticos opositores fue necesario para la madurez humana. Pero si tenía que validar por algún partido, ese sería Copei. Sin embargo, Copei anunció que no participaría en esa validación y ese anuncio fue oficial. Después de pensarlo muy detenidamente, validé por Voluntad Popular, con la clara y expresa idea de que mi validación no significaba inscribirme en ese partido. Lo hacía sólo por solidaridad y en homenaje a Leopoldo López, el político más perseguido, humillado y agredido por el régimen y por admiración a su sufrimiento y el de su familia, incluyendo el de sus pequeños hijos. Venezuela le debe un agradecimiento especial a Leopoldo López, a quien, por cierto, sólo he visto y de lejos, una o dos veces acá en Barquisimeto, en la procesión de la Divina Pastora. No quise firmar una planilla que me pidieron suscribiera, porque hacerlo equivalía a solicitar la inscripción en VP. Al final Copei participó en la validación. Pero ya no podía validar a Copei, ya había validado a VP. Me provocó decirle a Copei, con palabras de mi amigo el expresidente Luis Herrera Campins, “tarde piaste pajarito”.
De todos los partidos validados el más fortalecido y poderoso es AD. Es un viejo partido que parece inextinguible, así lo demostró este 25 y 26 de marzo pasado. Vi mucha gente joven promocionando al viejo partido de cinco expresidentes: Gallegos, Betancourt, Leoni, Pérez y Lusinchi. También VP, PJ y AP hicieron un gran trabajo y se validaron. Al gobierno le salió el tiro por la culata, fortaleció a la oposición.