La ocupación de la Pacca Río Claro por un grupo de caficultores que se sienten afectados por las últimas medidas tomadas por los directivos del organismo continuó este miércoles sin que se vislumbre una solución inmediata.
Lo único nuevo fue la presencia del tribunal agrario en horas de la tarde para constatar que las instalaciones no han sufrido ningún daño durante la ocupación.
Varios de los presentes se quejaron de la forma como han sido tratados por los directivos que, incluso, les han señalado de no ser caficultores, según afirmación de Andrés Martínez, uno de los ocupantes.
Aclaró que en la parroquia existen cuatro ejes caficultores agrupados en 29 consejos comunales pertenecientes a sectores como Matatere, Cerro Negro, Cocodrilo, Piedra del Tigre, Quebrada Honda, Los Puentes, Los Guasimitos, Monteverde, Buena Vista y Bucaral, entre otros.
“También hay productores de Duaca”, aclaró Martínez.
Juan Mercado, otro de los tomistas, pidió se respeten los beneficios que merecen los productores y denunció medidas tomadas por los directivos en contra de ellos, muchos de los cuales se han retirado al punto de que en la actualidad sólo hay 415 de aproximadamente 1.700 que había.
Entre los caficultores incorporados ayer está Gladys Elena Rodríguez, fundadora de la Pacca, en los años 69-70, con apenas 51 socios hasta llegar a 2.600.
Recuerda a los primeros presidentes, César Guevara Partidas, Francisco López y Ángel Camacho, ente otros.
“Para sacar un saco de café hay que trabajar, así como para lograr buenos precios, como lo hicimos nosotros cuando nos íbamos a Caracas y hasta pasábamos hambre para que nos reconocieran algo. Igual para lograr exportar”, señala.
Lamenta que una empresa que daba buenos dividendos y beneficiaba a los productores se haya “venido abajo” y que ahora, contrariamente, atente contra quienes han sido su sustento.
En la actualidad las instalaciones de la Pacca están arrendadas al Gobierno, pero a los caficultores que aún quedan, injustificadamente, les han aumentado los gastos operativos, de allí la toma indefinida.
Gustavo Jiménez, vocero, aclaró que el alza en las cuotas por servicios no la aprobaron los caficultores sino los directivos exclusivamente.
Otro de los presentes recordó que los directivos de la Pacca les ofrecieron hace un tiempo una serie de beneficios para que siguieran afiliados.
“Nos ofrecieron una clínica, servicios funerarios y otros para tenernos agarrados pero no cumplieron nada, lo único que hicieron fue llevar la Pacca a la bancarrota, perjudicándonos a nosotros que somos los que producimos”, dijo.
Los participantes en la toma permanecen unidos, organizados por grupos que se turnan para mantener su presencia en las instalaciones.
Un área externa del local fue habilitada para preparar los alimentos y el café para quienes están durante la noche, vigilantes para impedir intrusos.
Fotos: Luis Salazar
