FOTOS: A pesar de la crisis Bomberos de Iribarren trabajan con amor

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Ser bomberos es una profesión que viene del corazón. Es un trabajo que requiere de disciplina, valentía y sobre todas las cosas: amor al prójimo, así lo relatan los funcionarios del Cuerpo Bomberil de Iribarren.

Para este equipo su trabajo no solo consiste en apagar un incendio, inspeccionar viviendas con escapes de gas, atender deslizamientos de tierra, inundaciones, rescatar vehículos o atender cualquier siniestro que ocasione, así sea, la más mínima pérdida humana o material; es una labor social desinteresada llena de voluntad para lograr que la vida de cada habitante de esta ciudad sea más llevadera; y se logra con lo mejor que tiene el ser humano: el amor.

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En el recorrido que periodistas de EL IMPULSO realizaron por los principales cuarteles de bomberos, dentro del municipio Iribarren, a manera de denunciar las nefastas condiciones del departamento, se conoció las realidades y experiencias de estos protagonistas investidos como miembros del Cuerpo de Bomberos, que en el fondo son ciudadanos que tratan de sobrevivir haciendo lo que aman, a pesar de que sea un trabajo que les cuesta su calidad de vida.

El sueldo base que devenga un bombero oscila entre los 11.000 y 12.000 bolívares quincenales. Monto que muchos consideran no les alcanza ni siquiera para alimentarse. En la estación Mayor Víctor Rodríguez, ubicada al oeste de la ciudad, cada día se encuentran de guardia 10 funcionarios. El bombero David Ramos forma parte de este grupo, labora en el departamento médico desde hace un año y dedica 240 horas del mes a cumplir su labor. Con los ingresos que recibe debe mantener a sus cuatros hijos; como  son insuficientes, en sus días libres se rebusca efectuando trabajos de albañilería o mecánica.

Los sueños y metas de muchos se ven truncados por el precario sueldo. Jaime González se graduó hace cuatro años de bombero y mientras trabaja paralelamente estudia Licenciatura en Enfermería, sin embargo, su sueldo aunado al bono nocturno solo le llegó a 14.000 bolívares los primeros quince días del mes de marzo. González tuvo que dejar sus libros de estudios para dedicarse a “matar tigritos” en sus horas libres.

Innumerables relatos se oyen en los pasillos de las comandancias que explican cómo hacen los bomberos para subsistir. Mientras el bombero Eliézer Valero vende tortas en el mercado, un funcionario cuyo nombre no quiso decir fue abandonado por su esposa simplemente porque no tenía cómo cubrir los gastos de educación de sus hijos; y el teniente Martínez desconoce si le quedará dinero para alimentarse este fin de semana.

En el peor de los casos hay más de 12 voluntarios, aspirantes a cargo, que no han sido incluidos al sistema bomberil y por ende no perciben ningún salario. Así sucede con el bombero Andrés Manrique quien se graduó hace más de tres años, cumple el mismo horario de trabajo y responsabilidades que el resto del escuadrón, pero no recibe ningún tipo de bonificación por lo que hace.

“En el Cuerpo de Bomberos hay disponibles 35 plazas de trabajo por todos los funcionarios jubilados y fallecidos que existen, pero son incapaces de meter nuevo personal a pesar de que existe una necesidad. Cada vez que intentamos hacer valer nuestro derechos nos amedrentan, a pesar de ser una situación que no le conviene a nadie”, reiteró Manrique.

El mayor de los esfuerzos

En el Parque del Oeste se encuentra el vagón de un tren que funciona como una ‘comandancia’, encargada de cubrir un radio de acción desde las inmediaciones de la parroquia Juan de Villegas hasta Quíbor. El teniente Martínez asegura que el único camión que funciona se le dañó la batería hace apenas cuatro días, es decir, que la única función que cumplen es la de vigilar la estación.

“No tenemos con qué movilizarnos. En la zona se presentan muchos accidentes viales y la única manera de hacer la atención pre hospitalaria al lesionado es pidiendo cola en medio de la avenida”, expresó Martínez. Igualmente comentó que el hampa azota el lugar. Del vagón les fue robada una nevera, unas mesas e incluso unos metros de la cerca perimetral.

Un grupo de bomberos que allí labora, cuyo nombre quisieron mantener en el anonimato, detallan que el trabajar allí equivale a un castigo. Los funcionarios no solo se encuentran presos en un recinto donde no tienen uniformes o unidades de transporte, sino que consideran que estar allí es una pérdida de talento humano. “Cada vez que uno trata de decir la verdad y expresar sus derechos nos castigan. Yo trabajo aquí porque les estorbaba alguien que luchara por sus derechos, y acá estamos un buen equipo de bomberos haciendo nada mientras en otras comandancias necesitan personal”.

En la subestación del oeste solo cuentan con un carro bomba (necesario para apagar incendios), tres uniformes que notablemente están vencidos y chalecos salvavidas sin condiciones para hacerlo; razón por la cual no están aptos para atender tragedias. Sin embargo, el bombero Olindo Oviedo reiteró que tienen toda la disposición de atender a la colectividad.

“Muchos dirán que aquí no hacemos nada pero a diario recibimos llamadas y no nos podemos negar a atender a un ciudadano que se está ahogando,  alguna vivienda en peligro de derrumbe o de realizar cualquier inspección. Si los afectados no nos pueden enviar un carro para buscarnos, nosotros salimos a la avenida hasta conseguir a alguien que nos dé el aventón (…) Aunque no tengamos todos los insumos necesarios, tenemos nuestros cuerpos y debemos ser habilidosos  e improvisar para continuar con nuestra labor”.

 

“Queremos trabajar”

¿Qué le motivó a ser bombero? Fue una pregunta que los periodistas de este medio impreso le efectuaron a algunos funcionarios que se encontraban de guardia. “Esto es una pasión que se lleva en la sangre. Mi padre entró al Cuerpo de Bomberos en el año 81, yo me uní en el 91 y años después me siguió mi hijo. Ayudar a los que realmente lo necesitan es nuestro estilo de vida”, expresaban miembros del grupo que debatían entusiasmados.

El teniente Richard Dávila recordó con agrado que cuando era niño una tía  lo llevaba a una exhibición de camiones de bomberos en Morón, y que él participaba en todos los simulacros que ofrecían los bomberos e incluso salió lesionado al lanzarse de una cuerda. Narra que desde pequeño siempre estuvo en su corazón ser bombero y que años después contó con el apoyo de su familia para entrar en la academia. “Es indescriptible la adrenalina cuando salimos en el camión porque sabemos que vamos a una misión pero desconocemos la magnitud de la misma. Jamás podemos estar seguros si nos tocará rescatar o ver fallecer a un familiar frente a nuestros ojos”. A esto agregó que ocho años atrás el Cuerpo de Bomberos del municipio Iribarren era el mejor pagado del país, pero que cada día la atención ha venido disminuyendo porque ningún alcalde le da la  suficiente importancia a su labor.

“Es una situación fuerte y todos estamos luchando. No nos hemos ido porque amamos lo que hacemos. Nadie ofrece ayuda si no tiene carisma para hacerlo, nosotros ayudamos al prójimo y alargamos vidas y nuestra súplica es que nos permitan continuar haciéndolo”, insistió Dávila.

 

Alcaldía atenderá

El director de Recursos Humanos de la Alcaldía del municipio Iribarren, Charles Virgüez, comentó que luego de leer la serie de reportajes, acerca del tema de los bomberos, desean que sea tomada en cuenta la versión oficial.

Virgüez informó que desde el mes de febrero se habían instalado unas mesas para discutir principalmente el tema salarial y que para final de mes tenían previsto dar una respuesta concreta, sin embargo, en su opinión, algunos concejales de la Cámara Municipal agarraron el tema de bandera política.

“No desconocemos que existe una realidad compleja de infraestructura y equipamiento en el Cuerpo de Bomberos, pero una cosa es la situación interna y otro el tema política”, expresó. Indicó que el alcalde Alfredo Ramos desarrollará un plan estratégico de bomberos 2017, que abarca 4 ejes: institucional, infraestructura, equipamiento y beneficios laborales. Primeramente realizarán un informe sobre las necesidades que se viven en cada estación y luego priorizarán en base a su realidad presupuestaria. Según se informó serán invertidos 250 millones de bolívares para el cumplimiento de los compromisos a corto, mediano y largo plazo; en los cuales se encuentran incluidos: ajuste salarial, arreglos de infraestructura y reparación de vehículos, principalmente.

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