“Los terminales son la puerta de la ciudad. Nuestro terminal refleja las condiciones en las que se encuentra Barquisimeto”, expresó la concejal Digna Suárez mientras realizaba un recorrido por el Terminal de Pasajeros de Barquisimeto.
Es importante recordar que el jueves en la mañana, una comisión de la Cámara Municipal de Iribarren efectuó, lo que ellos llaman, una intervención administrativa del Terminal para solicitar toda la documentación que respalda a una línea de transporte de la cual es asociado el presidente de la Federación Nacional de Transporte, Erick Zuleta, que fue denunciada como ilegal por un grupo de transportistas que hacen vida en seis líneas dentro de la institución.
Sin embargo, en el recorrido no solo fue solicitado el registro que le debería dar validez a la línea Barsapor, sino que la comisión detalló cada rincón dentro del terminal para indagar cada una de las irregularidades. Un equipo reporteril de EL IMPULSO acompañó la supervisión.
Un área cerrada dentro del terminal, paralelo a una fuente de soda, llamó altamente la atención de los concejales, quienes pidieron que fuese abierta la puerta de aquel misterioso lugar. Para la sorpresa de todos, el cuarto era un sitio de apuestas clandestino.
Más de diez máquinas de apuesta habían en el lugar y el olor característico del lugar era el tabaco y una mezcla de bebidas alcohólicas.
Periodistas de EL IMPULSO conversaron con el administrador del terminal, Luis Valencia, acerca del salón de juegos ilegal. Valencia contestó que el recinto le pertenecía a los dueños de la fuente de soda y que le habían advertido a los entes competentes en la materia que el local funcionaba con una licencia vencida, empero, ninguno se había acercado a tomar cartas en el asunto.
Desidia y abandono
El estacionamiento del Terminal de Pasajeros es una muestra perenne de su estado de abandono. Valencia asegura que la institución fue construida hace 50 años con la intención de prestar un servicio a 100.000 habitantes, en aproximado; cifra que para la fecha Valencia detalla que se ubica en los dos millones de ciudadanos. Recordó que al momento que fue creado el terminal tenía la capacidad de aparcar hasta 100 vehículos, y para entonces hasta 2.000 vehículos transitan a diario dentro del terminal.
“El terminal afronta 50 años de desistimiento. Ninguna gestión se había dedicado a recuperar el terminal y en los cuatro años de la gestión del alcalde Alfredo Ramos hemos hecho lo imposible para renovar el espacio, pero el proceso de inflación y las fallas presupuestarias lo han convertido en una tarea difícil”, expresó Valencia.
Evidentemente en los andenes, donde esperan los pasajeros abordar sus unidades de transporte, el borde de la superficie se encuentra deteriorado. Valencia indicó que a lo largo de estos años los vendedores ocupaban el enlosado y se dieron a la tarea de dañarlo.
El apeadero no solo se convirtió en un punto característico por el suelo quebrado, las papeleras del lugar son cestas de plásticos viejas y deterioradas; y las pocas sillas que tenían los viajeros para esperar desaparecieron con el tiempo.
Existen alrededor seis andenes de más 500 metros de distancia dentro del terminal, pero tan solo uno cuenta con iluminación. Los transportistas aseguran que en las noches el sitio se convierte en una “cueva de lobos” donde la ley no existe. Cuando cae el sol y los baños del lugar cierran sus puertas, las paredes del estacionamiento se convierten en un urinario público y los pasillos del terminal refugian a uno que otro indigente de la zona.
“No fue una intervención”
El administrador del Terminal de Pasajeros de Barquisimeto hizo hincapié en que las instalaciones del terminal no se encontraban intervenidas, puesto que los concejalas “no tienen la autoridad” o el permiso para realizar esa acción. Indicó que para que ello fuese posible deberían levantar un informe y hacer un exhorto.
En tanto, Erick Zuleta aseveró que no está aprobada ninguna intervención del terminal y que la institución es una mancomunidad que le pertenece a la AMTT. Zuleta vio con preocupación cómo los concejales, quienes asegura deberían velar por la seguridad de los ciudadanos, pretenden revocar una línea de transporte que le brinda un servicio a los usuarios del terminal. “Los concejales andan en cacería de brujas, andan es disfrazando las cosas y no les importa que la comunidad sea vea afectada si revocan la línea de transporte Barsapor”, dijo Zuleta.