Dos detonaciones se escucharon en la calle 31 con carrera 23 del centro de la ciudad, zona conocida como El Manteco.
Luego de los “plomazos” los comerciantes bajaban las santamarías, asustados, comentó una señora que trabaja por el lugar. Indicaron que en el hecho hirieron a un muchacho a quien nadie conocía.
Observaron como otro joven, que al parecer andaba con él, se lo llevaba en una motocicleta para la emergencia del Hospital Central Antonio María Pineda, en donde fue ingresado a la 1:30 de la tarde de ayer, con un disparo en el pecho.
A los pocos minutos falleció.
Se trataba de: Cristian Antonio Marchan Marín, de 20 años de edad, quien es conocido como: El Ponchongo, quien estaba residenciado en la 32 entre 29 y 30 del barrio El Malecón.
Según indicaron algunas personas que trabajan por la zona, el hoy occiso tenía intenciones de robar un vehículo y aparentemente el dueño se dio cuenta. Trascendió que andaba armado y le disparó dejándolo mal herido y este escapando en su vehículo.
Una de las trabajadoras de la zona que no quiso ser identificada comenta que el sitio es zona roja, que es primera vez que comenten un crimen en ese lugar, pero si es común que se lleven vehículos del lugar y que los abran. “Eso es a toda hora, mañana y tarde, que los ladrones están”, comentó la mujer.
La víctima fatal había estado detenido por robo cuando era adolescente, estuvo recluido en el retén de El Manzano.
Zona roja
Comerciantes de la zona aprovecharon para denunciar que desde hace dos años para acá la zona se ha vuelto roja, están cansados de ver como los carteristas hacen de las suyas, roban teléfonos, se meten a los negocios, en especial a los de la comunidad asiática.
Atracan las busetas y a pesar que han expuesto sus quejas ante las autoridades, todas han hecho caso omiso y en El Manteco, un lugar frecuentado por decenas de personas y donde se maneja dinero, está desprotegido. Hacen un llamado a las autoridades de seguridad para que tomen cartas en el asunto.
El pasado 25 de enero del presente año, en El Manteco, fue asesinado José Ramón Dorantes Torres (42), quien tenía 26 años de servicio, era Supervisor Agregado de la PNB, estaba destacado en el Servicio de Tránsito, específicamente en el área de infracciones. También resultó lesionado su sobrino, otro funcionario del mismo organismo policial.