El Índice Nacional de Precios al Consumidor de la Asamblea Nacional, reflejó un aumento de 20,1% durante el mes de febrero de 2017. Este resultado se traduce en una tasa acumulada de inflación de 42,5% durante los primeros 2 meses de 2017.
Al anualizar el promedio de las tasas mensuales se obtiene una tasa de inflación de 741,0% para 2017. Estos datos sugieren que está ocurriendo una destrucción de la capacidad adquisitiva de los sueldos, salarios, pensiones y jubilaciones de los venezolanos.
De hecho, buena parte del aumento del salario de un 50% acordado por el Gobierno, a partir del 15 de enero de 2017, ha sido erosionado por el alza de los precios.
Se genera de esta manera un círculo vicioso entre el aumento de salarios y los incrementos de precio. Una tasa de inflación de esta magnitud se explica principalmente por el aumento de 275% del dinero nominal emitido por el BCV en lo que va de 2017.
Igualmente ha influido en este aumento de precios la depreciación acumulada del bolívar en el mercado paralelo y las expectativas de devaluación del bolívar. Debe mencionarse que el Gobierno ha restringido de manera significativa la entrega de divisas preferenciales con lo cual ha trasladado parte de las importaciones de bienes esenciales hacia el mercado paralelo.
Conviene destacar que el mayor impacto de la inflación recae sobre los estratos más bajos de la población cuyo ingreso se asigna fundamentalmente a la adquisición de alimentos, cuyos precios son los que suben con más intensidad.
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