En la calle cuatro con avenida Terepaima, de la urbanización Barici, hace falta la atención de la Alcaldía de Iribarren. La plazoleta de la urbanización está en franco deterioro desde hace varios años. Era un lugar muy frecuentado por los vecinos, sin embargo, con los daños en las caminerías, asientos y luminarias, son pocos los que se atreven a visitar la plaza.
Los consejos comunales del urbanismo, dijo la vecina Gladys Peraza, han hecho la solicitud a la Empresa Municipal de Infraestructura y Conservación del Ambiente (Emica) así como al Instituto Municipal del Aseo Urbano (Imaubar) pero no realizan las reparaciones pertinentes.
En este sentido, solicitan mayor receptividad y una jornada de rehabilitación integral a fin de recuperar uno de los espacios más importantes para la comunidad. «Las veces que han pedido ayuda, los dejan con la palabra en la boca, alegando que las comunidades populares están primero. Me pregunto ¿esta ciudad no es de todos?», resaltó la conurbana.
Las paredes de las residencias cercanas a este lugar de esparcimiento son dañadas en sus fachadas con la pintura de grafittis «sin ningún mensaje positivo» y donde escriben palabras obscenas. Gastos constantes en pinturas, para enmendar los daños hechos por algunos jóvenes de la zona, agobian a los hogares de la urbanización.
Además del deterioro que presenta la plaza, Barici se enfrenta a la inseguridad que también afecta a buena parte del este barquisimetano. No hay hora específica, el hampa los acecha en cualquier momento del día, aunque se repiten los atracos a mano armada, al llegar a casa o salir de ella, así como el robo de vehículos.
En la propia plazoleta, está un puesto de la Guardia Nacional, pero se queda pequeño ante tanta delincuencia. «Los militares no salen del cubículo. Lo conveniente sería que, al menos, realizaran patrullajes en la zona. Nos asaltan frente a las casas, cuando salimos al supermercado, donde menos lo pensamos, así están los malandros», sostuvo la vecina.
Foto Billy Castro
