Un considerable grupo de mujeres y hombres afectados por enfermedades diabéticas, coronarias, depresivas, de hipertensión, hemofílicas, tiroides, renales y otras que les obligan a depender de medicamentos costosos protestaron este lunes frente al hospital Pastor Oropeza, del Seguro Social, pidiendo el suministro de los mismos para sobrevivir.
Pero esos venezolanos indefensos no estuvieron solos durante su pacífica protesta, pues una numerosa cantidad de motorizados, presumiblemente colectivos al servicio del oficialismo, también acudieron al lugar con la intención de amedrentarlos y hacerlos desistir de sus justos reclamos.
“Esas personas vienen a pedir las medicinas que les pueden permitir seguir viviendo y la respuesta de la doctora Linda Amaro (viceministra de la Salud), fue el envío de colectivos armados para amedrentarlos”, afirmó Humberto Agudo, dirigente regional de la Causa R y director de Desarrollo Social de la Alcaldía de Iribarren, y la diputada de la Asamblea Nacional, Bolivia Suárez, quienes les acompañaron.
Ambos coincidieron en afirmar que el Seguro Social tiene en sus manos la distribución de los medicamentos que requieren esas personas y que no pueden adquirirlas en el mercado por sus altos costos.
Según Agudo, son más de 1.500 las fórmulas médicas necesarias para esos males que no reciben quienes los padecen.
La parlamentaria, por su parte, informó que el presidente del IVSS, Carlos Rottondaro, ya fue citado a la AN para ser interpelado sobre el particular y se ha negado a asistir.
Entre los manifestantes había diferentes tipos de casos que llamaban la atención.
María Alejandra Escobar refirió que su padre, Antonio José Escobar, de 77 años, es enfermo renal, diabético a hipertenso y en el seguro le niegan las fórmulas necesarias por lo que tienen que comprar a empleados del hospital la bolsa de sangre en 60 mil bolívares, además de dos donantes .
Maritza Salazar denunció también que en el Pastor Oropeza, “gente de arriba, les venden el cocktail para las quimioterapias en 950 mil bolívares.
Benilde Arrieche de Graterol, extrabajadora del hoy Ministerio de la Salud, es diabética dependiente de la insulina, pero como no la consigue peligra su subsistencia.
Mary Méndez andaba muy preocupada porque su esposo requiere de Fenobarbital o Tegretol para contrarrestar las convulsiones y desde el sábado que comenzó a sufrirlas en una nueva ocasión no ha podido conseguir ninguno de los dos medicamentos.
“He ido a donde quiera que me han dicho y nada, por eso estoy aquí, para ver si me las entregan en el Seguro Social, donde deben tenerlas”, expresó sin ocultar su angustia.
Había otros casos similares o peores, de enfermos renales, cardiovasculares, hipertensos, diabéticos, depresivos, que, debido a lo avanzado de sus males, no pudieron asistir y se hicieron representar por familiares.
Cuando consideraron haber cumplido con la misión de hacerse sentir, aunque ninguna autoridad del IVSS salió a darles la cara o alguna explicación, se retiraron pacíficamente, llevando sus pancartas, en una de las cuales se leía: “Venezolanos mueren por falta de medicamentos”, o “La Pastillita”, refiriéndose a las necesarias para la depresión, tiroides, hipertensión u otras enfermedades, observados burlonamente por los motorizados, algunos de los cuales se reían del padecimiento de los manifestantes, entre los que estaban varios con edades avanzadas que se apoyaban en bastones para poder caminar sin caerse.
Humberto Agudo y Bolivia Suárez no descartan que en los próximos días se lleven a cabo otras manifestaciones de ese tipo, ante otros organismos como el Consejo Legislativo, o, una vez más, la Defensoría del Pueblo, donde lo hicieron hace algunos días sin haber tenido ninguna respuesta positiva.
“Nos estamos muriendo por falta de medicinas y desde el Gobierno no hacen nada”, gritó una de las mujeres mientras caminaba dificultosamente.