La histórica mañana del siete de octubre despertó nublada tras un intenso aguacero que en horas de la madrugada mantuvo en vilo a los venezolanos, quienes ansiosos esperaban el inicio de la jornada electoral.
La ciudad cambió su dinámica. Levantarse tempranito para sumarse a las filas de personas deseosas de expresar su intención de voto, sin importar lo largas que fuesen, se convirtió en la prioridad de los barquisimetanos.
Allí estaban todos como ciudadanos, cumpliendo con la Venezuela que ayer se paralizó a tal punto de que hasta los comercios cerraron sus puertas para garantizarles a los trabajadores su derecho al voto, tal y como lo establece la Constitución de esta república.
El mismo lunes la Cámara Venezolana de Centros Comerciales (Cavececo), con más de 140 malls afiliados, informó que el domingo los centros comerciales estarían cerrados.
Apenas algunos portones de centros comerciales se encontraban abiertos para permitir el acceso a quienes quisieron acudir a los supermercados, los cuales trabajaron en horarios parciales, tal es el caso del Central Madeirense que laboró hasta la una de la tarde.
La teoría según la cual pudieron registrarse “compras nerviosas” cobró fuerza. Numerosos ciudadanos echaron mano de diferentes productos expuestos en los anaqueles de estos negocios que abrieron sus puertas por petición de la Asociación Nacional de Supermercados y Autoservicios.
De igual manera, algunas panaderías y establecimientos de comida rápida trabajaron medio tiempo para responder a la demanda de clientes que, a todas luces, excluyeron de sus planes del día preparar desayunos y almuerzos, con miras a participar, tranquilos, en el proceso comicial.
Los parques no abrieron
Otros espacios vacíos en la ciudad fueron los parques recreacionales, especialmente los que se encuentran bajo la administración del Instituto Nacional de Parques (Inparques).
Si bien cada domingo cientos de familias buscan llevar a los más pequeños a divertirse, ayer era un día atípico impreso en las páginas de los libros de historia de Venezuela que en algunos años leerán los niños.
Tensión vestida de verde
Más tensión que los colores políticos, causó en la calle la presencia de los efectivos de la Guardia Nacional Bolivariana que por decenas recorrían la ciudad en motos y con fusiles en mano.
La presencia de tanquetas por las principales arterias viales sembró más angustia que tranquilidad en los ciudadanos.
Pueblo noble, pueblo de fe
Las iglesias se convirtieron en sitios de cobijo de centenas de creyentes que, antes o después de ejercer su derecho al voto, rezaron con fervor por el destino de Venezuela.
En la cálida y colorida población que abriga a la Patrona de los Larenses, estaban abiertas las puertas de la iglesia Santa Rosa de Lima para quienes asistieron a la tradicional misa de domingo.
Niños, jóvenes y adultos encendieron sus velitas y se acercaron a la imagen de la Divina Pastora para realizar sus peticiones y ofrendas. Muchas flores rodearon ayer a la Virgen, por agradecimiento y la convicción de sus feligreses.
Ayer, la Iglesia Católica recordó el día de Nuestra Señora del Rosario, motivo por el cual cientos de personas decidieron sumarse a la festividad religiosa para pedir por que reinara la serenidad durante y después del proceso electoral.
Los católicos conocedores de la importancia de la veneración que de-bían rendirle a esta Virgen, acudieron a los centros de votación luciendo un collar con las cuentas del Santo Rosario, con la esperanza de que María los llevara por el camino de la oración.
Fotos: Juan Brito/Simón Alberto Orellana