Corea del Sur quedó sorprendida el viernes al enterarse del arresto del multimillonario heredero de la familia más rica del país y líder de facto de Samsung, por su presunta participación en un escándalo de corrupción masiva en el que fue involucrada la presidenta.
Lee Jae-yong, de 48 años, vicepresidente de Samsung Electronics y único hijo del presidente de Samsung, fue acusado de dar sobornos por un valor de 36 millones de dólares a la presidenta Park Geun-hye y a una colaboradora cercana para ayudar a ganarse el apoyo del gobierno para una transición tranquila en el liderazgo de la empresa, incluso una polémica fusión de dos compañías de Samsung.
Algunos comentaristas conservadores están preocupados de que el arresto de Lee afecte los negocios de Samsung y, por lo tanto, la economía del país, que depende de estas empresas para las exportaciones y puestos de trabajo.
Sin embargo, otros creen que esa preocupación es exagerada. «Algo que sí afectaría a sus negocios son el éxito del teléfono Galaxy, el desempeño del sector de los semiconductores y la rapidez con la que los rivales chinos están avanzando, no si Lee Jae-yong está arrestado o no», comentó el profesor de la Universidad Nacional de Seúl Park Sang-in.
En casos similares previos, los directores de compañías como Hyundai Motor Group y SK Group fueron encarcelados, pero siguieron dirigiendo sus compañías detrás de las rejas.
Samsung Electronics, que es el mayor fabricante mundial de celulares, televisores y chips de memoria para computadoras, tiene tres directores ejecutivos independientes, cada uno de los cuales supervisa sus respectivas divisiones de componentes electrónicos, teléfonos móviles y televisión.
Sin embargo, las decisiones empresariales a largo plazo, como el nombramiento de ejecutivos y la decisión sobre fusiones y adquisiciones, pueden verse suspendidas.
Normalmente Samsung anuncia reajustes de personal y promociones cada diciembre, pero pospuso esos anuncios en 2016 cuando la compañía se vio arrastrada aún más en el escándalo político.
Lee no es el primero de su familia en enfrentar cargos penales. Su padre fue condenado en 2008 y 2009 por malversación de fondos y evasión de impuestos relacionados con negocios diseñados para heredar su fortuna a su hijo.