El Club Deportivo Lara empató el récord de más partidos consecutivos sin sufrir derrotas en la primera división nacional, pero dejó escapar puntos valiosos en casa, al empatar 1-1 con Trujillanos FC en el estadio Metropolitano de Cabudare, sin tener ideas ni claridad para quebrar la resistencia del rival a lo largo de la etapa complementaria.
Ante poco más de 14 mil personas, el conjunto larense completó su partido 28 sin salir derrotado e igualó la marca de Deportivo Portugués, que tejió una cadena similar en 1967.
El logro -nivelar el récord del Portugués- quedó reducido a una mínima importancia, tras el empate a un gol en el terreno de juego. La tropa de Eduardo Saragó, que acusó falta de ritmo en algunos pasajes y no tuvo ideas para quebrar el muro defensivo de Trujillanos, vio reducida su ventaja en el liderato producto de la victoria de Mineros frente a Tucanes, mientras que no aprovechó la caída de Caracas en casa del Monagas.
El conjunto larense no tuvo al argentino Diego Cochas -sigue lastimado- ni al colombiano Zamir Valoyes -suspendido- y el equipo lució predecible en gran parte del encuentro, sin argumentos para descarrillar a la buena defensa de Trujillanos, que, salvó un descuido, se plantó bien en cancha y controló todos los intentos locales, a ras de césped y por la vía aérea.
Para colmo de males, la pelota quieta, el arma para resolver los partidos cuando no hay luces en el mediocampo, no funcionó, porque el cuadro larense no encontró el testazo en los lanzamientos de esquina ni contó con la precisión de José Manuel Rey y Miguel Mea Vitali, los habituales cobradores en las pelotas al borde del área.
El Deportivo Lara se hizo dueño de la pelota rápidamente ante un Trujillanos que en principio decidió esperar en defensa, con una doble línea de cuatro jugadores, y apostar el contragolpe, pero, con paciencia, trataba de trabajar al rival, en el intento de encontrar los caminos de acceso hacia el área rival.
Apenas iniciado el compromiso, Luis Martínez -el sustituto de Cochas- se resintió de su lesión y tuvo que ser sustituido al minuto 16 por Argenis Gómez.
El cambio, aunque obligado por una circunstancia nada estratégica ni táctica, surtió buenos dividendos, porque Gómez fue el responsable de abrir la pizarra al minuto 25, con un frentazo ante servicio de Edgar Pérez Greco lanzado desde la izquierda.
La alegría duró muy poco. Casi de inmediato, en la siguiente pelota, el defensor Freddy Reyes cabeceó una pelota hacia abajo y el portero Alan Liebeskind, en lo que parecía una acción sin peligro, falló en el intento de tomar la esférica, se le fue ligeramente por encima y el asistente validó el gol del empate, pese a que la redonda no parecía cruzar del todo la línea horizontal.
Un duro golpe, pero restaba mucho tiempo. Al 43, Mea Vitali estuvo a punto de marcar su quinto gol de la temporada con un misil desde unos 40 metros, pero la pelota se estrelló en el travesaño para lamento de los espectadores y el marcador continuó nivelado.
Foto: Daniel Báez