A pesar de los señalamientos por sus discursos, el arzobispo de Barquisimeto, monseñor Antonio López Castillo, se mantiene crítico al Gobierno nacional tras asegurar durante una eucaristía celebrada la tarde de este sábado, que la mayoría de los venezolanos no están de acuerdo con la “crisis humanitaria y la hambruna” que aqueja “a nuestra querida patria”; aclarando, a su vez, que sus alocuciones no buscan llamar la atención sino defender “al pueblo”.
La misa fue realizada para cerrar la Jornada de Oración por Venezuela que se realizó en la Catedral de la ciudad crepuscular, en la que se unieron en oración cientos de feligreses en reparación por la Iglesia y por los Derechos Humanos.
“Queremos pedirle a Jesús sacramentado para que meta su mano, nos ayude desde nuestra decisión para superar todo lo que esto significa (…) Me duele ver gente comiendo de la basura, nos preocupa que niños y ancianos se mueran diariamente por falta de medicinas, hermanas y hermanos; esto es muy triste, muy doloroso en nuestra patria Venezuela, un país petrolero”, manifestó durante la celebración eucarística.
Agradeció las muestras de solidaridad que ha recibido de todos los estados del país, e incluso de países como Chile, España, Colombia y Estados Unidos, tras amenazas de sectores del oficialismo que él calificó como “un Gobierno despótico”.
Hizo énfasis en hacer ver que cada uno de los ciudadanos debe poner de su parte para poder “cambiar este sistema, en especial los que pueden influir por los caminos electorales”.
Al terminar cada frase, los asistentes aplaudían con euforia a Monseñor y coreaban “¡Valiente!” en su apoyo.
“Hay que demostrar que este pueblo es firme y que somos mayoría, este pueblo es mayoría y no está de acuerdo con este sistema equivocado que nos ha sumergido en la miseria y el abandono (…) ¡Viva Venezuela!, ¡Venezuela libre!, ¡Venezuela libre!”
Ofrendaron la bandera
Una gran flamante bandera tricolor fue ofrecida durante la misa en honor a los jóvenes que han emigrado a otras naciones en busca de un mejor futuro. López Castillo la besó, la bendijo y fue levantada ante unos conmovidos cristianos que reaccionaron entonando el Himno Nacional.
La libertad de las personas que han sido encarceladas por su lucha política, fue una de las peticiones hechas por los feligreses, quienes también oraron por la paz del país para finalizar con la eucaristía.