Este 23 de enero se cumplieron 59 años de esta heroica gesta cumplida por el pueblo venezolano, que dio al traste con una oprobiosa dictadura militar encabezada por el “sátrapa” Marcos Pérez Jiménez y su banda de secuaces.
Este hecho terminaba de alguna manera, con una larga cadena de gobiernos presididos por dictadores militares, los cuales arribaban al poder por la vía de la fuerza de las armas, instaurando regímenes que sumían al país en el atraso, la opresión y la pérdida de todas las libertades inherentes al ser humano.
Todos los venezolanos saludamos entonces, el advenimiento de la democracia, el respeto a los derechos humanos, la elaboración de una Constitución Nacional por parte de un Congreso, bicameral y soberano, y al frente de la primera magistratura, elegidos honorables compatriotas provenientes del mundo civil, lográndose además, la alternabilidad “ideológica-doctrinaria” del poder.
Transcurrieron alrededor de 40 años de democracia representativa, con sus defectos y aciertos, errores y rectificaciones, crecimiento y recesión, la división de los poderes en pleno ejercicio, un proceso descentralizador acorde con los nuevos tiempos, una clase media en prospero desarrollo y algo muy importante, unas Fuerzas Armadas obedientes y no deliberantes y subordinadas al poder civil, tal como lo establece la Constitución.
No obstante, este cúmulo de avances y logros obtenidos en el proceso democrático, siempre se mostró perfectible a corregir sus errores y desviaciones, pero lamentablemente, la canalla traidora fue horadando la estabilidad del sistema y abriendo las puertas a otras opciones con concepciones obsoletas, dañinas, antidemocráticas, las cuales ya habían sido combatidas y vencidas por allá por los años 60, cuando algunos “desadaptados” intentaron, de manera infructuosa introducir el “castro-comunismo” en Venezuela.
Esperamos en este nuevo aniversario del 23 de enero, el cual ya fue trastocado por ese enorme y vergonzoso disparate de trasladar los restos del guerrillero comunista Fabricio Ojeda al honorable Panteón Nacional, lugar donde reposan las cenizas, ya profanadas por cierto por este indolente régimen, de nuestro único y sempiterno Libertador Simón Bolívar, lugar que seguramente se va a ver alterado más adelante con otros actos similares, en ese afán de convertir nuestros símbolos patrios, en el patio trasero de la revolución.
Es bueno destacar, que con esta manida decisión del Ejecutivo Nacional se violenta el artículo 187, numeral 15 de la Constitución que establece: que la A.N.L. acordará los honores del Panteón Nacional, a venezolanos ilustres que hayan prestado servicios eminentes a la Republica, y este de ninguna manera se ajusta al caso; y que triste el papel de la F.A.N.B. en ese hecho, avalando y celebrando el reconocimiento a un personaje que en su momento los combatió e intento exterminarlos, olvidando, que homenajes así en vez de enaltecer mancillan.
En conclusión, nos toca invocar en esta hora y fecha aniversario, ese espíritu libertario del pueblo venezolano, para por la vía democrática, pacífica y constitucional, poder alcanzar los caminos y derroteros, que nos devuelvan los espacios arrebatados, por este “comunismo” trasnochado, y recuperemos de manera definitiva, el camino de la paz, la tranquilidad y la prosperidad, y dejemos atrás esta catastrófica pesadilla que nos ha tocado vivir. Valor y Pa´lante.