A propósito de los 59 años de la caída del gobierno de Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, universidades, sindicatos, colegios profesionales han comenzado a promover foros sobre el terrorismo de Estado, para recordar lo ocurrido en aquella dictadura y la actual de Nicolás Maduro.
La doctrina de juristas sobre la materia define el terrorismo de Estado como la utilización de métodos sistemáticos, de carácter ilegítimos, para infundir miedo o terror en la población civil, con el objeto de mantenerse en el poder. La Historia recuerda los casos de Stalin, Hitler, Mussolini, Trujillo, Fidel Castro, Pinochet, Sadam Husein y de varios dictadores latinoamericanos.
La literatura jurídica, militar, política, trae diversos conceptos del terrorismo, que tanto las Naciones Unidas, Estados y organismos internacionales han usado para incorporarlos a textos constitucionales, acuerdos bilaterales y multilaterales en el ámbito internacional.
Este terror no puede circunscribirse a las amenazas, represalias, hostigamiento, torturas o secuestros, pueden inscribirse en esta materia también la censura de prensa, las confiscaciones selectivas de propiedades, los asesinatos a distancia financiados por los gobiernos, las discriminaciones raciales, las deportaciones en masa, la prohibición de elecciones democráticas.
Venezuela vive una situación que ha llevado a varios organismos internacionales a denunciar al gobierno de este país como practicante del terrorismo de Estado. En efecto durante la llamada época chavista, se han registrado asesinatos no esclarecidos, presos políticos a los cuales se les violan los derechos humanos, estudiantes torturados, expropiación y hostigamiento a medios de comunicación, deportaciones.
El régimen venezolano ha tenido el asesoramiento para estas prácticas del G2 cubano que implementó en la isla las brigadas de acción rápida para reprimir las manifestaciones en contra del castro comunismo. Cada día los venezolanos están siendo sometidos a diversas restricciones de la libertad en diversos géneros que van imponiendo un estado de cosas que hace decir a algunos que el gobierno de Maduro usa como escudos humanos para mantenerse en el poder a su propio pueblo.
No desearíamos que la comunidad internacional castigue al régimen venezolano con represalias, bloqueo, boicot, embargos, que son los medios violentos para resolver conflictos internacionales, porque en definitiva será el pueblo venezolano quien sufra estas consecuencias. Pero hay que usar los foros, las organizaciones internacionales, declaraciones conjuntas, que irán haciendo cada vez más una opinión pública internacional contra la dictadura venezolana.
El Papa Juan Pablo II calificó al terrorismo como un odio contra la humanidad, pero el periodista norteamericano Edward Murrow dijo formidablemente: “Nadie puede aterrorizar a toda una nación, a menos que todos nosotros seamos cómplices”. El pueblo venezolano debe organizarse para sacudirse este régimen.