Desplazarse por el casco central de Barquisimeto representa todo un sacrificio debido al pésimo estado en cual se encuentran carreras, calles y avenidas, algunas producto de los años de uso y la falta del debido mantenimiento, y otras como consecuencia de obras mal realizadas o dejadas abandonadas sin haberlas terminado.
Especialmente los conductores de unidades del transporte colectivo padecen a diario los congestionamientos provocados por los destrozos a las vías por las cuales deben pasar para cumplir con las rutas autorizadas.
En algunas, contratistas de Hidrolara han abierto zanjas para instalar tuberías y después de cumplido ese cometido, si lo hacen, las han dejado sin la correspondiente capa de asfalto, pese a que, de acuerdo al contrato suscrito, deben hacerlo.
Ese es el caso de la carrera 13 entre 42 y 41, que dejaron completamente destruida y desde la hidrológica nadie se ha preocupado en llamar la atención a sus directivos para que cumplan con su obligación.
Pero al colmo de la irresponsabilidad llegó la constructora de Hidrolara encargada de cambiar los colectores de la carrera 25, entre 26 y 24.
Allí, abrieron la zanja para colocar una tubería, pero: ni colocaron esta, ni taparon bien el canal, dejando la vía completamente intransitable.
José Luis Escalona, vecino de la 25 con 25, dijo que, además de eso, frente a su casa, por la transversal, existe desde hace tiempo una fuga de agua y una enorme laguna que impiden el normal desplazamiento automotor.
Indicó que han llegado cuadrillas de la hidrológica, miran y se van, dejando el problema que cada vez es más grave, sobre todo porque por allí pasan unidades de varias rutas del transporte y quienes se dirigen al centro.
“Lo peor es que la misma constructora tiene el contrato para instalar tuberías hasta la Vargas, y si no pudo con este pedacito no podrá con otras cuadras. Que Dios nos agarre confesados”, expresó Orlando López, otro vecino.
Pero la situación también es grave en las inmediaciones del Terminal de Pasajeros donde, según conductores, “no hay calle buena”.
Puso como ejemplo la carrera 30 entre 42 y 43. Allí, desde el año pasado existe un bote de aguas blancas que mantiene inundada la zona, impidiendo el normal tránsito de vehículos.
“Esto no se aguanta porque no puede ser que en las casas no llegue el agua y en esa fuga se pierden a diario miles de litros”, manifestó Joaquín Brito. Otro sector donde la vialidad está destrozada es el de la calle 44 con carrera 25, por donde a diario deben pasar los autobuses o busetas que van al terminal.
Allí se han formado enormes cráteres que entorpecen el desplazamiento automotor, provocando congestionamientos.
“Lo peor es que los tan cacareados operativos tapa huecos de la Alcaldía como que no tienen en lista este sector”, dijo el chofer de una buseta mientras pasaba por uno de los huecos o zanjas de la calle.
