De manera inteligente, sin entrar en desespero, el escalador Yonathan Salinas, del popular club Kino Táchira, controló a sus rivales en el tramo montañoso de la novena etapa de la Vuelta al Táchira, de 99 kilómetros entre Ureña (circuito) y el mítico Cerro El Cristo, para mantener la camiseta amarilla de líder y dar un paso gigante en su propósito de alzar el trofeo de campeón por vez primera en la carrera por etapas más importante del país.
Jimmy Briceño, ganador en una ocasión del giro andino, conquistó el triunfo en la colorida y exigente fracción, como de costumbre acompañada por una importante cantidad de público en los márgenes de la carretera rumbo a Capacho, pero Salinas hizo el gran negocio, al sostener el liderato de la prueba, pese a bregar con hasta tres rivales del equipo rival, JHS, además de Roniel Campos (Yaracuy), en las últimas cuestas del segmento, entre curva y curva, camino al puerto montañoso de segunda categoría ubicado en la llegada.
Briceño marcó el triunfo, segundo en su carrera a los pies del monumento a Jesucristo, con registro de 2 horas, 42 minutos y cinco segundos, guarismo que también firmó Yonnatta Monsalve, para plasmar un agridulce uno-dos del JHS en el sitio de meta, sin poder derribar la fortaleza de Salinas, que apareció de quinto en la sentencia con un ligero retraso de nueve segundos, sin olvidar que el gran “damnificado” del día fue el colombiano Iván Sosa (Androni Italia), después de “fenecer” inesperadamente en el terreno de montaña, su especialidad, para quedar apartado del grupo puntero y por ende perder su lugar en el podio de la clasificación principal.
Pese a cumplir con el objetivo de mantenerse a la cabeza del casillero general, Salinas vivió momentos dramáticos en un punto del trayecto, cuando sus coequieros ya lo habían dejado desprovisto de ayuda y las tres fichas importantes del JHS tomaban la cabeza de la porción, a unos 10 kilómetros de la llegada. El oriundo de Rubio, de 25 segundos, perdió la rueda de Campos, Flores, Briceño y Monsalve, hasta retrasarse unos 20 segundos, pero tomó un segundo aire y recuperó el terreno perdido para resguardar su condición de líder. Luego del preocupante episodio se limitó a administrar fuerzas, sin caer en pánico cuando Briceño se fue en busca del triunfo parcial, dedicado solo a manejar la diferencia en la general, que era de 1:18 con respecto al hombre del Grupo JHS.
Desde luego, Salinas no evitó la perdida de tiempo y vio reducir la diferencia en la general a 59 segundos, una brecha que mantendrá la expectativa al máximo hasta cumplirse el pedalazo final este domingo.
La jornada entre Ureña y Cerro El Cristo reportó noticias importantes desde antes de la partida, primero con el retiro de José Rujano y luego con la protesta por parte del cuerpo técnico del JHS, encabezado por Alexis Méndez, tras la penalización que sufrieron sus corredores Jhorman Flores, Briceño y Monsalve por empujones de aficionados en la etapa previa a Casa del Padre, aspecto que es castigado por las reglas del ciclismo y acarrea 20 segundos de adición. Así las cosas, Flores, Briceño y Monsalve, que habían amanecido segundo tercero y cuarto bajaron una casilla en beneficio del colombiano Sosa, que trepó al segundo, aunque después, en el ascenso a El Cristo, perdió todo el terreno ganado.
La ronda andina vive este domingo su jornada final con un tramo de 94 kilómetros que comprende un circuito inicial en Rubio para luego tomar camino de descenso hacia San Cristóbal y cerrar en el velódromo J.J. Mora, trayecto que en el papel no parece generar mayor peligro para Salinas, pero no debe dar nada por descontado, visto lo que ocurrido el año anterior con José Mendoza, perjudicado por un crisis que le abrió las puertas del título en los kilómetros finales al costarricense Joseph Chavarría.