Disminuir el alto consumo venezolano es la estrategia. En las últimas semanas, el Gobierno nacional ha tomado medidas como la orden de salida de circulación del billete de Bs. 100, para así “torcer el brazo” a mafias en frontera y en complemento con la implementación de un nuevo cono monetario que se espera desde diciembre de 2016.
Si a esto se suma el colapso de los sistemas de pago electrónico, que aún después de Navidad continúa, el resultado es la imposibilidad de los consumidores y usuarios para adquirir productos y servicios como de costumbre.
Este análisis pertenece al experto financiero y exjefe de la Unidad de Análisis de Riesgo Cambiario del Banco Central de Venezuela (BCV), Orlando Zamora, quien sostiene que la mencionada sería la estrategia del Ejecutivo nacional para combatir la inflación de este 2017, por asesoría del español Alfredo Serrano Mancilla, economista y sociólogo de pensamiento de izquierda.
“El objetivo es limitar las transacciones al sacar dos terceras parte de billetes en circulación, sin reemplazarlas, usando como causante del problema el dólar paralelo que se fija fuera de frontera. Todo esto mientras las transacciones electrónicas son limitadas… El Gobierno continuará con su plan de gastos, bolsas de CLAP (Comité Local de Abastecimiento y Producción) y con sus pagos burocráticos, para ser una economía que no se mueve, pero que aparenta un próspero funcionamiento”, destalló.
La ecuación de la desesperación
Explicó que la emisión del nuevo cono monetario nada tiene que ver con la formación de la tasa paralela en frontera.
“El cono monetario es la expresión de los precios a nivel de inflación y el crecimiento de la liquidez monetaria que llega a 10.4 billones de bolívares, razón por la que hubo que ajustar la familia de billetes, pero a lo interno”, indicó.
En este sentido, acotó que el Gobierno politizó y trató de relacionar ambos factores, sin reales vínculos directos, por lo cual los efectos de la medida serían negativos.
-El Gobierno pensó que retirando el billete de 100 (bolívares) con mayor presencial en el cono, el 80 % de todos los billetes, daría un golpe a las mafias, en el entendido de que el tema cambiario proviene de ellos. Pero la realidad es que ningún operador cambiario se queda con bolívares que no tienen valor, a esperar a ver si remontan. Los que falsifican, usando el papel de excelente calidad, lo hacen en cantidades y volúmenes limitados.
A juicio de Zamora “la lógica gubernamental se derrumba por sí sola”.
Calificó de “no posible” que la mitad del valor de los billetes de Bs. 100 fuesen adquiridos por factores extranjeros, ya que ameritaría $30 mil millones.
Las contradicciones aumentan cuando el presidente refiere que se recogió en Venezuela, puesto que la frontera con Colombia fue cerrada, el 80 % de los billetes. De ser así, las primeras cifras no estarían en manos de extranjeros.
El Gobierno entonces intenta combatir la inflación, la más grave de la historia venezolana según el analista, no con producción ni disminuyendo los controles, sino a través de puntuales medidas sobre el consumo.
La estrategia
Al sacar de circulación las dos terceras partes de los billetes de Bs. 100, reemplazando hasta ahora solo el 22 % del total en circulación, el Gobierno sumaría al sistema Bs. 133.000 millones. Aunque anuncia una nueva entrada de billetes al país el monto de sustitución sigue siendo bajo.
-Ha reemplazado tan poco y con tanta lentitud, por no tener dólares para pagar más impresión de billetes, que el intercambio comercial se ha paralizado en algunos casos… Venezuela no tiene la capacidad para imprimirlos (billetes) en la Casa de la Moneda de Venezuela, lo que hace que seamos totales dependientes de la importación.
La situación, señaló, es compleja para asalariados, pensionados y personas no bancarizadas, que representan el 40 % de la población, quienes realizan operaciones con billetes.
Empujan a la población a emplear medios electrónicos, con servicio deficiente y límites de pago por puntos de venta, transacciones y otras vías.
Se limita de manera indirecta la compra y demanda del venezolano.
