Cierto día un niño amenazó a otro en su escuela. Le prometió que le caería a golpes. Cuando el niño amenazado llegó a su barriada, le comentó a un amiguito la anécdota escolar. El vecino alarmado, le dijo ‘chamo te van a matar, cuando te dicen así es porque te van a matar, pero tranquilo yo te resuelvo la situación. Te conseguiré una pistola’.
Promesa de amigo, el vecino la cumplió. Al día siguiente el alumno apareció en su escuela y lo primero que hizo fue sacar la pistola envuelta en una bolsa y colocarla en el pupitre. La maestra le preguntó y el niño le contó la historia. Pero la docente asustada llamó a la directora, y ésta a su vez a un policía. Craso error, los niños en el aula se atemorizaron y se creó un caos total.
Una profesora de otra sección estaba escuchando e inmediatamente llamó una consejera de Protección del Niño, Niña y Adolescente, quien al llegar le pidió al policía que se retirara lo más pronto posible. Conversó con el niño y le preguntó quien le había dado el arma.
“Ya le dije, eso me lo dio un vecinito. Yo no pensaba hacer nada con eso, no lo se utilizar, por eso lo coloqué en el pupitre para que la maestra me dijera lo que podía hacer. ¿De quién es? Del papá de mi amiguito, es que él es el malandro del barrio y tiene muchas armas, por eso me la regaló”.
La historia es real y más cercana de lo que muchos pueden creer. La actitud de la maestra y de la directora, es como el de muchas tantas que se sienten asustadas y perturbadas y no encuentran otra solución que la menos apropiada.
Ocurre y ocurre porque ya nuestros niños y adolescentes van armados a las escuelas, liceos y colegios. Con armas blancas o de fuego. También con las que logran herir la parte psicológica, con malas palabras, con gestos, con insultos, con una actitud retadora e imponente, malcriada y altanera, con la cual intimidan a pares y adultos por igual.
Sensibilizando la conciencia
Norys Vásquez, directora de Prevención del Delito en el estado Lara recorre los liceos con lo que han denominado Dispositivo de Acción Social Preventivo.
“Desde el mes de enero de 2012 comenzamos con el trabajo en el Mario Briceño Iragorry a raíz de lo ocurrido en el mes de diciembre. Es un trabajo con un equipo dela OrganizaciónNacionalAntidrogas (ONA), el Dispositivo Bicentenario de Seguridad (Dibise);la GuardiaNacional,la PolicíaMunicipal, Fiscalías (18 y 19), y Prevención del Delito”.
– Escuchamos a los representantes, para nosotros es muy importante. Trabajamos con el joven y también con la familia. Queremos descubrir cuál es la posición del padre y del docente frente a niños y adolescentes violentos. Con el Laboratorio dela GuardiaNacionalhemos sensibilizado liceos como el Coto Paúl,la EscuelaTécnicaCarucieña, entre otros, dijo Norys Vásquez.
Observan todo lo que está ocurriendo y cómo se puede engranar un trabajo preventivo. Se están articulando planes y proyectos, para que disminuyan los índices de violencia.
“Se trata de 22 instituciones en Iribarren con esta problemática. Lo que se combinó fue tener un cara a cara con los directivos quienes expusieron lo que está ocurriendo y lo que están haciendo al respecto”, manifestó Vásquez.
– Puedo decir que hay infiltrados en muchas de las instituciones donde hay conflictos. Por ejemplo, del Mario Briceño Iragorry se pasan ala EscuelaTécnicaIndustrial (ETI) y a la inversa. El muchacho sigue patrones, y eso es lo que está pasando. Las instituciones que se han visto rodeadas en este tipo de conflictos son: Coto Paúl, ETI, Miguel José Sanz, Mario Briceño Iragorry. Si vas parala Ruzsgaentonces te encuentras con el Siso Martínez,La Carucieña, El Villavicencio, Creación VII, explicó.
Un problema de zona
Desde Prevención del Delito se han visitado instituciones que han tenido problemas, y las que no también. El proyecto que llevan a cabo, va por la primera fase que es la del monitoreo y que puede concluir en el mes de abril.
En las visitas y estudios que han realizado, se pudieron percatar de dónde viene el inconveniente.
“Hay un problema muy fuerte y es que por ejemplo los jóvenes que estudian enla ETI, en el Coto Paúl, en el Mario Briceño Iragorry no viven por esa zona. Habitan por el norte de la ciudad. Es decir no les duele la zona y sí hay daños patrimoniales o no, no tienen quien los observe, sus padres y familiares están lejos, se sienten libres para hacer y deshacer. Cuando hicimos la pregunta y el recorrido de dónde vivían, las respuestas eran: Tamaca, Cují, El Tostao. En oportunidades el muchacho no ha comido nada, tiene malestares dolencias y no cuenta con los recursos económicos para solventarlos”, indicó Norys Vásquez.
Todas estas cosas generan violencia. Hay causas y consecuencias. La disfuncionalidad en los hogares, la desintegración en la familia, no hay forma de darle a los jóvenes lo que ellos quieren o esperan teniendo un hogar así. No son tomados en cuenta, tienen carencias afectivas. Les falta orientación y comunicación. No hay normas ni límites.
“Las alternativas que nosotros vemos factible para que no siga ocurriendo hechos violentos son: Ocupación del tiempo libre, Saber lo que quieren los jóvenes, Seguimiento por los padres, Asesoría a las instituciones”.
– El profesor debe ser conciliador, negociar, ser un poquito de padre, de hermano. Darle la mejor atención. Debe tener más sentido de pertenencia y transmitírselas al alumno. Los valores tienen que salir de la casa y darle continuidad en las instituciones educativas. Como docentes somos parte integral, acotó.
Destacó que los representantes lo primero que piden es seguridad, a través de la presencia policial, “quieren garantía de vida y bienestar de sus hijos”.
Dos protestas
Para el sociólogo Miguel Alfonzo, en cuanto a manifestación estudiantil se puede dividir en dos.
“En el caso de Barquisimeto pudiéramos decir que la violencia se da por múltiples causas. Históricamente la violencia se deriva tanto de índole político como de la propia condición humana”, comenta el sociólogo.
– Una lucha por reivindicaciones se exacerba hasta llegar al nivel de las protestas y se producen como una forma de exigir. Se juega a la política, dijo Alfonzo.
Sin embargo, recuerda que en el caso de Lara siempre hubo pugnas internas estudiantiles.
“Tuve oportunidad de ver estudiantes en instituciones que tenían drogas. La violencia es internamente. Cuando es de un liceo a otro se trata de mafias que necesitan controlar como una manera de poder. Las causas del por qué se puede producir una movilización, también ocurre que hay desviaciones en el seno de la movilización, por ejemplo hacen huelgas por vacaciones más largas o por puentes. Son cosas superfluas”, comentó Miguel Alfonzo.
– No es lo mismo a movilizarte por defender tú derecho a cuando trancan el tráfico por anarquía o queman un camión o una buseta sin entender que están perjudicando a todo un núcleo familiar. Exijo un supuesto derecho, pero agredo el derecho del otro. Los estudiantes están en pleno derecho de reclamar a través de protestas. Pero el diálogo y la conversación deben estar en primer plano, acotó.
Indicó que en muchas oportunidades se trata de vándalos que penetran en los movimientos estudiantiles haciéndose pasar por alumnos. Y es por ello que en los disturbios de la avenida Libertador “hemos visto como hay un decomiso de armas y eso es preocupante”.
Etiquetas de la discordia
El bullying o acoso escolar es un problema que vemos desde la infancia. Niños que maltratan a otros, que los cercan, que los hacen sentir como inferiores, que los desprecian abiertamente. Esa misma experiencia se produce con mayor maldad en el bachillerato.
Es una situación mundial, de la cual no estamos exentos. Sin embargo, desde hace unos años a raíz del boom de todo lo que son las redes sociales (facebook, twitter, entre otras), el problema se ha transformado, ahora se le denomina ciberbullying.
“Lamentablemente ahora el acoso es a través de la tecnología. Por los celulares a través del PIN o de un mensaje de texto, se van diciendo entre compañeros a cuál le van a dejar de hablar y de compartir. Pero el mensaje además viene con una amenaza y entonces eso genera un clima de conflicto. El adolescente no quiere ser rechazado y acepta”, explicó el educador y director de Cecodap, Oscar Misle Terrera.
– Ahora los daños morales pueden ser a través de Internet y las redes sociales. La utilización de las tecnologías es como un martillo, yo puedo construir algo con esta herramienta o destruirlo. Puedo usar el facebook o el twitter para informarme, recrearme, pero también para contenidos no adecuados, para agredir, humillar, desprestigiar a otras personas. Hay que formar a los alumnos, en la utilización de esta herramienta. Y decirles que si utilizan una imagen para desacreditar a una persona, ésta pudiera demandarlo porque se trata de la dignidad, manifestó.
En Barquisimeto la moda está en colgar videos por Youtube. Y si un par de estudiantes se golpearon y pertenecen a determinado liceo, al día siguiente otros hacen lo mismo, pero tratando de verse peor. Es una especie de competencia para ver quién es el más desalmado o cruel con los puños.
De la misma forma pasa con aquellos que intentan burlarse de algún compañero o compañera, a través de sus móviles se graban, ya estén bailando, comiendo o caminando, y sólo lo sabrán días después cuando alguien los mire y se ría en sus caras o simplemente cuando le quiten el habla. Lo peor en estos casos es la crueldad que hay en cada uno de los comentarios que son colocados.
Mientras que en facebook hay grupos por liceos, en los que se cuelgan videos y fotos, etiquetando sin el permiso ni la autorización a adolescentes y jóvenes, y haciendo lo que se llama el ciberbullying.
– ¿La cultura de la violencia se trasladó a nuestros niños y adolescentes?
– Sí. Las escuelas son un reflejo de la sociedad. Dependiendo de cómo actúe el maestro porque ellos a veces también tienen sus problemas y los llevan a las aulas, entonces la violencia es una forma de vincularse, hay intolerancia y eso es generalizado. Sí estás en el ascensor y llega un vecino, aprietas el botón más rápido. Se descalifica con un lenguaje soez a las personas. En los videos juegos los niños disfrutan ver morir al contrincante. Todo esto se suma y llega a la escuela también, dijo Oscar Misle Terrera.
– ¿Qué hacer?
– Revisar el sistema educativo, la calidad en la formación. Dejar de ser fastidiosos, menos aburridos, se está compitiendo con Internet. Cómo se da la materia es la primera pregunta. Crear espacios y oportunidades para los temas que se pueden conversar con los muchachos. Mejorar el puente entre la familia y la escuela, el cual está muy fracturado, que los muchachos se sientan seguros. Ser creativos, poder intercambiar experiencias exitosas que sirvan de estímulo.Estas alternativas tienen que ser parte de una Política Pública Nacional, incorporar todo el tipo de programas integrales e integrados, coordinados que impacten en las necesidades y carencias, destacó el director de Cecodap.
Con apoyo nacional
Destacó Asdrúbal Morán que en Venezuela, se necesita la creación de Escuelas para padres, la intención es “educar a ese mundo que es otra cosa, trabajar con la parte ética, penetrar el núcleo familiar”.
– Existela Redde Acción Social dela Iglesiayla Redporla ConvivenciaPacíficaen los Centros Educativos. Una de las Políticas Públicas Nacional que se debiera implementar, es el apoyo médico para atender a las víctimas, tanto de salud física como psicológica, porque quién ayuda a esos jóvenes a sanar las heridas físicas, morales, espirituales, psicológicas, acotó.
Mientras que Gloria Perdomo en su libro Violencia en las escuelas, asegura que ante la severidad y la magnitud de los hechos violentos que se están presentando en Venezuela propone una Política Pública Nacional, para la prevención de la violencia en centros educativos.
“La primera exigencia es la de asegurar la planificación y el carácter sistemático de acciones que se emprendan (…). La formulación de una Política Pública Nacional debe ser definida y ordenada desde el más alto nivel del Estado”, manifiesta Gloria Perdomo en su más reciente publicación.
Fotos: Simón Alberto Orellana y Archivo