Esta semana se celebra el Día del Educador. Lo más probable es que esta fecha haya sido olvidada por muchos. Sobre todo por los gobernantes. Ya en este país no es como antes. Se tenía en alta estima esta profesión y a estos profesionales del cual formo parte. En todos los sectores de la sociedad y sobre todo en las zonas rurales el educador era referencia poderosa de ser un personaje correcto, honesto y sabio. Eso ha cambiado totalmente. Quizás sea culpa del educador mismo y de los tiempos que estamos viviendo, donde la crisis moral, como predice Dios en su Palabra, llegó para quedarse. Pero no es para justificarse. No.
Los educadores de antes, sin menospreciar a los de ahora por supuesto, que quizás sean los mas sufridos en esta Venezuela actual, no dejamos de ser educadores por muchos años de jubilados que tengamos, por cuanto está sembrado en nuestros genes ese ”prurito” de ser educador. No nos falta un bolígrafo en el bolsillo y donde quiera, “se nos sale la clase” para corregir y tratar de enseñar. En el trato con nuestros familiares, en la buseta, en la cola para comprar, en la relación con nuestros vecinos etc., siempre es inevitable asumir la postura de educador. Por ello, sufrimos mucho con el FB y las redes sociales. Quedamos con la boca abierta de ver cuanta barbaridad vemos. A veces, es mejor quedarse quietecito por cuanto caemos mal.
Pero ser ESDUCADOR no es un patrimonio exclusivo de aquellos, que por la Gracia de Dios estudiamos pedagogía. Ser EDUCADOR es un estilo de vida intrínseco a toda persona. A mi manera de ver, es la esencia misma de la existencia del ser humano. Es cuestión de reflexionar sobre esa cualidad que todos tenemos y ponerla en práctica. Una madre por ejemplo, no necesita estudiar en una universidad para ser educadora. De hecho, es la profesión que Dios puso en sus manos para guiar a sus hijos por el mejor camino de la vida. Para enseñarles los valores morales y sobre todo espirituales que le darán fuerza, inteligencia y sabiduría para afrontar los retos que se avizoran en el futuro y que con toda seguridad trasmitirá a sus descendientes. Entonces, será una familia feliz aún sin poseer títulos y diplomas universitarios.
Igualmente, hay jóvenes adolescentes que aún no terminan sus estudios de bachillerato y son EDUCADORES. Tienen hermanitos menores y por la necesidad de su madre salir a trabajar, en ausencia del padre, asumen tareas de educar a sus hermanitos. Los cuidan, le dan el alimento y los corrigen con gran responsabilidad y amor. Y estos, con toda seguridad, en el futuro, sabrán valorar el esfuerzo de su hermano mayor.
A todos dedico este artículo. En especial, a ese ejército anónimo que sin tener los estudios formales son verdaderos educadores. ¡DIOS les bendiga! Y recuerden que la enseñanza que realmente enseña. La verdadera Sabiduría, no está en los pensum de estudios, sino que viene del Dios TODOPODEROSO y se encuentra en LIBRO de los libros: la SANTA BIBILIA. “El mandato a los padres es criar a sus hijos en el Señor “Y vosotros, padres, no provoquéis á ira á vuestros hijos; sino criarlos en el Señor”
Efe.6:4 y la palabra griega paideia («criar») conlleva la idea de formación, educación, instrucción y disciplina. Al aprender los niños acerca de Dios, se les da la oportunidad de honrar a sus padres con sabiduría, y la base de ese honor es el proceso en curso de la educación y la aplicación de lo aprendido” www.GotQuestions.org. ¡Hasta el martes Dios mediante! [email protected]. William Amaro Gutiérrez
