La 52 edición de la Vuelta al Táchira con la posible intervención de un lote superior a los 150 pedalistas, además de reavivar las siempre épicas confrontaciones entre colombianos y venezolanos, vencedores en la mayoría de las veces, deja también un resquicio para la lucha fraticida de los escuadrones criollos, quienes, entre todos, tendrán a una media docena de ciclistas que han conseguido el título en oportunidades anteriores, condición que ayuda a salpimentar la prueba a darse entre el viernes 13 y el domingo 22 del presente mes, en un recorrido suave en los días iniciales pero de gran rango montañoso después de la quinta fracción, con trepadas a las difíciles comarcas de La Grita, Cerro El Cristo en Capacho y Casa del Padre, tríada apta sólo para los escaladores más capaces.
Cabeza visible de esa media docena de campeones vuelve a ser el merideño José Rujano, quien, de asistir en buenas condiciones acometerá la empresa de ir tras una inédita quinta corona para agregarla a las cuatro anteriores (2004, 2005, 2010 y 2015) cuando en fiel reflejo de sus condiciones para la cuesta liquidó, sin atenuantes, a los enemigos que salieron a su paso.
El oriundo de Santa Cruz de Mora aparece enrolado en el equipo que lleva por nombre Fundación José Rujano, que concentra la atención del ciclismo merideño, y lo hace bajo la condición de líder, avalada por la gran proporción de terreno montañoso a enfrentar en la recia prueba tachirense. En caso de fallar sus condiciones, las esperanzas de los andinos recaerán en Ángel Rivas, apto para mover desarrollos capaces de moler a rivales en terreno escarpado.
De haber cumplido con una buena preparación previa a la cita, Rujano debe estar en la lucha por el título, aunque la falta de continuidad en los últimos meses, puede socavar sus pretensiones.
Particular debe ser el duelo entre Manuel Medina y José Rujano y es que el oriental, de regreso a las carreteras nacionales, tiene tres conquistas en suelo tachirense (2006, 2008 y 2011) y, en caso de salir vencedor se uniría al elistesco grupo que por momentos tiene un solo miembro, José Rujano, como vencedor en cuatro oportunidades.
Medina, habilidoso y difícil de despegar en la cuesta, tiene a su favor la alta montaña, pero en esta oportunidad forma parte del escuadrón JHS Aves, plagado de grandes figuras y aspirantes, a quienes debe apartar en cualquier momento, sin poder eludir situaciones tensas que pudieran presentarse en razón de los aspiraciones de cada uno de ellos, aunque la dirección técnica a cargo del experimentado Alexis Méndez pudiera dar rienda suelta a la capacidad individual en los ascensos por enfrentar sin que la situación vaya en detrimento de la escuadra.
Existen otros cuatro pedalistas en escena que integran en definitiva el cuadro de campeones, Freddy Vargas (2002), Ronald González (2009), Jimmy Briceño (2012) y Yeisson Delgado (2013). Todos ellos siguen en la aspiración de un segundo título para enriquecer el palmarés.
Entre este pequeño grupo, el barinés Jimmy Briceño pareciera ser el más opcionado. Viene de una excelente demostración en la pasada Vuelta a Bramón a finales del pasado mes de diciembre, en la que dibujó el cuadro de condiciones y aspiraciones para el giro tachirense. Briceño también acude en el afán de redimir su resquebrajada figura cuando posteriormente se le declara “positivo” durante su desempeño el año que alcanzó el título.
Por su parte, el costarricense Joseph Chavarría, campeón de la pasada edición, será uno de los grandes ausentes. Versiones anteriores dieron a conocer que vendría a la cita, pero luego las autoridades del ciclismo tachirense se encargaron de desmentirla luego.
Todos ellos, desde mañana a la fragua a partir de las 2.30 de la tarde para rebasar los 1.283,3 kilómetros distribuidos en diez (10) porciones, con 54 premios intermedios, discriminados en 40 esprints, 20 de ellos bonificables e igual cifra de puntos, además de 14 picos montañosos, tres de factura A, siete B y cuatro C.
Junto a todos ellos, nueve escuadrones del exterior -cuatro colombianos- y a última hora Cuba que suple la deserción de suizos y alemanes, parte del grupo de primeros invitados.
